Aquél que tiene fe no está nunca solo.
El que no pueda guardar sus pensamientos, jamás sabrá analizar grandes cosas.
La educación y la cortesía abren todas las puertas.
A menudo los grandes son desconocidos o peor, mal conocidos.
¡cuántas cosas hay en una risotada! es la clave secreta con que se descifra un hombre entero.
Cuando los hombres se ven reunidos para algún fin, descubren que pueden alcanzar también otros fines cuya consecución depende de su mutua unión.
El trabajo que un hombre desconocido ha hecho es como un arroyo de agua que corre oculto en el subsuelo secretamente haciendo verde la tierra.
Quien no trabaja no descansa.
El hombre no es más que un omnívoro que viste pantalones.
El presente es la viviente suma total del pasado.
El silencio es el elemento en el que se forman todas las cosas grandes.
Los libros son amigos que nunca decepcionan.
La verdadera universidad de hoy en día es una colección de libros.
Nada levanta tanto al hombre por encima de las mezquindades de la vida como admirar, sea lo que sea o a quienquiera que sea.
Puede considerarse bienaventurado y no pedir mayor felicidad el hombre que ha encontrado su trabajo.
Una vez despertado el pensamiento no vuelve a dormitar.
De nada sirve al hombre lamentarse de los tiempos en que vive. Lo único bueno que puede hacer es intentar mejorarlos.
Con números se puede demostrar cualquier cosa.
Tarea delicada la de apaciguar muchedumbres, porque hacer mucho puede ser tan funesto como no hacer nada.
No hables, en manera alguna, hasta que tengas algo que decir.