Frases de Tito Livio

No des la felicidad de muchos años por el riesgo de una hora.

Generalmente ganamos la confianza de aquéllos en quienes ponemos la nuestra.

Las amistades deben ser inmortales; las enemistades, mortales.

Cualquier esfuerzo resulta ligero con el hábito.

Ningún favor produce una gratitud menos permanente que el don de la libertad, especialmente entre aquellos pueblos que están dispuestos a hacer mal uso de ella.

Olvidemos lo que ya sucedió, pues puede lamentarse, pero no rehacerse.

La verdad puede eclipsarse pero no extinguirse.

Cuando la situación es adversa y la esperanza poca, las determinaciones drásticas son las más seguras.

El sol no se ha puesto aún por última vez.

El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son.

Ningún fizgón escucha jamás nada bueno de sí mismo.

En la guerra más que en ningún otro caso, los acontecimientos no corresponden a la esperanza.

La experiencia es el maestro de los necios

Para un buen general, la muerte no tiene importancia.

Por los hechos, no por las palabras, se han de apreciar los amigos.

El miedo a los demás hace crecer la audacia.

La ley es sorda e inexorable, incapaz de ablandamiento ni de benignidad.

El consejo que la presteza en la ejecución hace seguro, lo hace frecuentemente temerario la tardanza

Ninguna ley es cómoda para todos.

El miedo representa siempre las cosas bajo su peor aspecto.