Frases de Voltaire ( 9 )
Él es un hombre duro, que no ha hecho más, y una tristeza que es único y sabio.
La forma ideal de gobierno es la democracia atemperada con el asesinato.
Todos los razonamientos de los hombres no valen un sentimiento de la mujer.
En este país, es una buena cosa para matar a un almirante de vez en cuando para animar a los demás.
Los negocios son la sal de la vida.
Cada jugador debe aceptar la vida tarjetas le ocupa: pero una vez que están en la mano, solo él o ella debe decidir cómo jugar a las cartas con el fin de ganar el juego.
El marido que decide sorprender a su esposa a menudo se sorprendió mucho a sí mismo.
De todas las religiones, el cristiano debe, por supuesto, inspirar el más tolerancia, pero hasta ahora los cristianos han sido los más intolerantes de todos los hombres.
Cualquier persona que tiene el poder de hacer usted cree absurdidades tiene el poder de hacer que usted confía injusticias.
El superfluo, algo muy necesario.
Para los vivos les debemos respeto, pero a los muertos debemos solo la verdad.
Los hombres odian la persona a quien llaman avaricioso solo porque nada se puede ganar de él.
He vivido ochenta años de vida y no saben nada de él, pero para ser renunciado y decirme a mí mismo que las moscas han nacido para ser comido por las arañas y el hombre de ser devorado por el dolo...
La historia es solo el registro de los crímenes y desgracias.
Lo más seguro es no hacer nada en contra de su conciencia. Con este secreto, se puede disfrutar de la vida y no tienen miedo de la muerte.
Es una superstición infantil del espíritu humano que la virginidad se considera una virtud y no la barrera que separa la ignorancia del conocimiento.
El amor propio es el instrumento de nuestra conservación, sino que se asemeja a la provisión para la perpetuidad de la humanidad: es necesario, es querido para nosotros, nos da placer, y hay que ocu...
Creer en Dios es imposible no creer en Él es absurdo.
Todos estamos llenos de debilidades y errores, vamos a perdonamos mutuamente nuestras locuras - es la primera ley de la naturaleza.
Es difícil liberar a tontos de las cadenas que veneran.