Blas pascal ( 3 )
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El encanto de la fama es tan grande que nos gusta cada objeto al que está unido, incluso la muerte.

La verdad de la religión estriba en su misma oscuridad, en la escasa luz que tenemos sobre ella y en nuestra indiferencia por esa luz.

La virtud de un hombre no debe medirse por su esfuerza, sino por sus obras cotidianas.

A la verdad se llega no solo por la razón, sino también por el corazón.

Ya se han escrito todas las buenas máximas. Solo falta ponerlas en práctica.

Los ojos que tienen miedo se alejan de quien los ve.

El auditor mantiene cerrada la boca: abre los oídos.

Si escribo es por seguir la costumbre de combatir la injusticia.

Lo último que se sabe cuando se realiza un trabajo es por dónde empezar.

El oído es el único sentido donde el ojo no ve.

No lo buscarías si no lo hubieras ya encontrado

La supervivencia del capitalismo después de dos siglos se debe tanto a sus enemigos como a sus adeptos.

No hemos salido de la dictadura de la política, azote del siglo XX, para caer bajo la dominación del modo de producción.

¿Quieres que hablen bien de ti? No hables bien de ti mismo.

Entre nosotros y el cielo o el infierno no hay más que la vida, que es la cosa más frágil de todas
El auditor, en lenguaje, es un interlocutor: la egophoria pone a su disposición el yo y la posibilidad abierta de responder en todo momento. El auditorio, en música, no es un interlocutor. Es una pr...
Hay que aprovechar esos períodos libres para reencontrar el río de la genialidad, fuerzas sociales culturales, para hacer del hombre andaluz, hombre de luz, como lo fue antaño, cuando fue capaz de ...

Los seres humanos deben ser conocidas para ser amado, pero los seres divinos deben ser amados por conocer.

Quien dice agudezas, tiene mal carácter.

La fe ciertamente nos dice lo que los sentidos no lo hacen, pero no lo contrario de lo que ven, sino que es de arriba, no en contra de ellos.

Es natural que la mente de creer y de la voluntad de amar, de modo que, a falta de objetos verdaderos, deben adherirse a falsas.

El menor movimiento es de importancia para toda la naturaleza. El océano entero se ve afectado por una piedra.

Todo el mal humano proviene de una sola causa, la incapacidad del hombre para quedarse quieto en una habitación.

Los hombres son tan necesariamente locos que no estar loco equivaldría a otra forma de locura.

La función suprema de la razón es para mostrar al hombre que hay cosas que están más allá de la razón.

La contradicción no es una señal de la falsedad, ni la falta de contradicción una señal de la verdad.

La sensibilidad de los hombres a las cosas pequeñas, y su indiferencia ante los grandes, indica una extraña inversión.

El mal es fácil, y tiene infinitas formas.

Los hombres blasfeman lo que no saben.

Verdadera naturaleza del hombre se pierde, todo se convierte en su naturaleza, como, a su verdadero bien que se pierde, todo se convierte en su bien.

El ateísmo muestra fuerza de la mente, pero solo hasta cierto punto.

Uno debe conocerse a sí mismo. Si esto no sirve para descubrir la verdad, por lo menos sirve como una regla de vida y no hay nada mejor.
Tengo algunas de mis ideas de ver a mis tres hijas, pero la mayoría de ellos vienen de mis propios recuerdos de crecer. Recuerdo lo romántico que era, no solo sobre el amor, el romance, pero en el s...

Los hombres nunca hacen el mal tan completa y alegremente como cuando lo hacen por convicción religiosa.

El que tiene la verdad por su guía, y el deber de su fin, puede confiar con seguridad a la providencia de Dios para llevarlo correctamente.

La fuerza de la virtud de un hombre no debe medirse por sus esfuerzos especiales, sino por sus actos habituales.

El tiempo cura dolores y peleas, para que cambiemos y ya no somos las mismas personas. Ni el autor ni el ofendido son más a sí mismos.

El hombre no es más que una caña, lo más débil en la naturaleza, pero es una caña pensante.

La fe abraza muchas verdades que parecen contradecirse entre sí.

Las cuerdas que amarran el respeto de unos por otros son, en general, cuerdas de necesidad.