Que jamás el destino, comprendiéndome mal, me otorgue la mitad de lo que anhelo y me niegue el regreso.
Robert Frost
El amor nunca se paga sino con puro amor.
Dios mío, casi no he creído nunca en tí, pero siempre te he amado.
Lo más increible de los milagros es que ocurren.
Cada trecho recorrido enriquece al peregrino y lo acerca un poco más a hacer realidad sus sueños.