No hay felicidad tan perfecta, que carezca de todo sinsabor.
Séneca
Estábamos juntos, el después lo he olvidado.
El alma noble nunca muere, más allá de su eternidad brillarán sus huellas.
Reí de buena gana, mientras me temblaban las piernas y también el corazón.
Lo importante es no dejar de hacerse preguntas.