La grandeza no se enseña ni se adquiere: es la expresión del espíritu de un hombre hecho por Dios.
John Ruskin
Habrá amigos que nos declaren sin reservas nuestras faltas y, sin embargo, no se decidirán a hacernos mención de nuestras locuras.
Los que dejan al rey errar a sabiendas, merecen pena como traidores.
Absurdo sería pedir al cálculo lo que puede dar la abnegación.
A menos que haya complicaciones, está a punto de morir.