A orillas del lago de Texcoco floreció el milagro. Pinceles que no eran de aquí abajo, dejaban pintada una imagen dulcísima, que la labor corrosiva de los siglos respetaría maravillosamente.
Pío XII
Contra los indios todas las armas se usaron con generosidad: el disparo de carabina, el incendio de sus chozas, y luego, en forma más paternal, se empleó la ley y el alcohol.
Disculpe -le dijo él-. ¿Puede ayudarme? Me parece que me he perdido.
Ella se sobresaltó. El hombre se encontraba medio en sombras, al lado de la portezuela abierta de su coche.
-¿Eh...?
-...
Una mujer que cría a doce chiquillos aprende algo más que el alfabeto. Los niños enseñan más que la aritmética.
Susan Sowerby
Cuando nadie que conoces dice la verdad, aprendes a leer entre líneas.