El rubor es un ornamento para las jóvenes y una desgracia para las viejas.
Aristóteles
Me encanta el poder, pero no que me lo quiten.
No es el amor lo que hace volverse ciego, sino el amor propio
Nuestros servicios de Inteligencia tuvieron indicios importantes, no probados, del encuentro entre Massera y Firmenich, en París
El lenguaje es poesía fosilizada.