Entonces, por primera vez, tenía la sensación de hablar por mí mismo y por la época.
Stefan Zweig
No hables de afecto perdido, el afecto nunca es en vano.
La vista del borracho es la mejor lección de sobriedad.
Un verdadero campeón luchará por nada.
Besé sus ojos, sus labios, mi boca bajó a lo largo de su pecho y rozó el ombligo infantil, el bello animal, el sexo, donde su corazón latía a golpecitos; su olor, su calor me emborrachaban y sent...