Que distinto el otoño para mà que voy para tà que quedas.
Shiki Masaoka
Vivid arduamente, no temáis nada y os sonreirá el triunfo.
Libros, los hijos del cerebro.
El milagro del amor humano, es que, sobre un instinto muy simple, el deseo, se construyen edificios de los más complejos a los más delicados sentimientos.
Y es que tanto te conozco que hasta se me has de extrañar.