Que nadie elogia a la felicidad... por eso dicen que en la mitad de la vida en nada se diferencian los felices de los desgraciados.
Aristóteles
El orgullo que se alimenta con la vanidad acaba en el desprecio.
La solemne niebla, significativa y movediza. El tonto con los jueces, entre los tontos un juez.
Solamente sabe mucho el que sabe lo bastante para vencer.
El hombre que ha empezado a vivir más seriamente por dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera.