Sebastian guillen
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Guitarra
A Francisco Guillén
Tendida en la madrugada,
la firme guitarra espera:
voz de profunda madera
desesperada.
Su clamorosa cintura,
en la que el pueblo suspira,
preñada de son, estira
la ca...
Mariposa
Quisiera
hacer un verso que tuviera
ritmo de Primavera;
que fuera
como una fina mariposa rara,
como una mariposa que volara
sobre tu vida, y cándida y ligera
revolara
sobre tu cuerpo cálid...

Aquel amor aun vibra bajo el impulso de una imagen, mero fantasma.
Las Doce En El Reloj
Dije: ¡Todo ya pleno!
Un álamo vibró.
Las hojas plateadas
sonaron con amor.
Los verdes eran grises,
el amor era sol.
Entonces, mediodía,
un pájaro sumió
su cantar en el vie...
Los Fieles Amantes
Noche mucho más noche: el amor ya es un hecho.
Feliz nivel de paz extiende el sueño
como una perfección todavía amorosa.
Bulto adorable, lejos
ya, se adormece,
y a su candor en...

¡Qué alegría ser así dos historias en un cuento!.

La memoria, malla a malla, me cubre armando su mundo. Interior, mi noche calla. En tu recuerdo me hundo.

¡Eres! Y tan desnuda, tan continua, tan simple que el mundo vuelve a ser fábula irresistible.

¡Tú más aún: tú como tú, sin palabras toda singular, desnudez única, tú, sola!.

Dormías, los brazos me tendiste y por sorpresa rodeaste mi insomnio.

Cada vez que me despierto mi boca vuelve a tu nombre como el marino a su puerto.

Este volver a empezar cada jornada sin ti, esta sensación de mar que navego y ya perdí...

Así voy sin ti: perdido por entre gentes que anulan nuestro amor bajo su olvido.

Cuando uno que pierde la esperanza se vuelve reaccionario.
La Espera Y La Esperanza
No es la esperanza, no. Solo es la espera
lo que fijo me tiene a tu querencia.
tu palpable regreso a mí, evidencia
una ignorada ansia pasajera.
Si mucho es esperarte, aún ...
Piedra de Horno
La tarde abandonada gime deshecha en lluvia.
Del cielo caen recuerdos y entran por la ventana.
Duros suspiros rotos, quimeras lastimadas.
Lentamente va viniendo tu cuerpo.
Llegan tus ...
Tengo Marcado Un Nombre
Tengo marcado un nombre
no sé por quién, ni donde. Tengo un número
como deben tenerlo las plantas y los pájaros.
Me llaman y respondo.
Me vuelven a llamar desde una cima,
...
Advenimiento
¡Oh luna, cuánto abril,
qué vasto y dulce el aire!
Todo lo que perdí
volverá con las aves.
Sí, con las avecillas
que en coro de alborada
pían y pían, pían
sin designio de graci...
Duermes...
Duermes. Mi mano toca sueño. Duermes.
Gozo de tu inocencia confiada,
de tu implícita forma en esa noche
que hace tan suya con amor la mano.
Te siento dormir sin verte,
serenísima, sagr...
Miedo Un Instante
Tengo miedo de ti, o de mí. Cabalgo,
cabalgas tú mi piel por los umbrales
sombríos del amor. Y nunca sales
a mi luz, a tu luz. Y nunca salgo.
Tengo un algo de ti. Tienes un algo...

El amor esta en el aire,trata de respirarlo.
Recuerdo vivamente mi primera lección con Enescu. Mi madre me llevó a su casa y esperamos en el salón, al poco rato apareció el maestro con su violín y comenzó a tocar una Partita de Johann Seba...

Lo mejor del festival de San Sebastián, mi acompañante, aunque por desgracia esté enamorada de otro.

Quisiera despertar por las mañanas y mirar tu bello rostro mientras qe la hermosa luz del día deslumbre tu ESPLENDOR

La caricia adormece, y a una región conduce más cercana a la tierra, a su silencio y sueño, bien tendidos, dichosos.

Sus caricias son sueños, entreabren la muerte, son lunas accesibles, son la vida más alta.

¡Tú, tú, tú, mi incesante primavera profunda mi río de verdor agudo y aventura!.

Y los ojos prometen mientras la boca aguarda.

El espíritu invade mi existencia con poder soberano.

La soledad no es tan triste. Ser es también no haber sido.

Calor, amor. La historia tras la puerta.

Pero más, más ternura trae la caricia. Lentas, las manos se demoran, vuelven, también contemplan.

Gentes que me son extrañas: esas que me creen solo sin ver que tú me acompañas.
Madrigal
Tu vientre sabe más que tu cabeza
y tanto como tus muslos.
Esa
es la fuerte gracia negra
de tu cuerpo desnudo.
Signo de selva el tuyo,
con tus collares rojos,
tus brazaletes de oro curvo,
...

¿Habrá un fin al saber?. Nunca, nunca. Se está siempre al principio de una curiosidad inextinguible frente a infinita vida.

Ya te lo decía yo. Era imposible el olvido. Fuimos verdad. Y quedó.

Tu soñar me envolvía, soñado me sentí.

Entre las combas y las sombras de tu hermosura no me pierdo, y tu nombre claro proyecta luz muy personal sobre tu cuerpo, que está en mi amor y fuera de su mágico radio secreto.

Hay tanta plenitud en esta hora, tranquila entre las palmas de algún hado, que el curso del instante se demora lentísimo, cortés, enamorado.

Noche mucho más noche: el amor ya es un hecho.