Colecci髇 de jose
La verdad es una ortiga; el que la roza, apenas se pincha; al que la coge con fuerza y resoluci贸n no le hace nada.
M. G. SaphirNo basta con hablar de paz. Uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla.
Eleanor RooseveltImporta mucho m谩s lo que t煤 piensas de ti mismo que lo que los otros opinen de ti.
S茅necaHonrar茅 la Navidad en mi coraz贸n y procurar茅 conservarla durante todo el a帽o.
Charles DickensLa 煤nica manera de persuadir es decir la verdad.
Ana DiosdadoCuando estoy con un amigo no estoy solo ni somos dos.
Eustache J. LangloisLa belleza es la vida cuando la vida levanta el velo de su rostro sangrado.
Khalil GibranPara mi, la mujer ideal es aquella con la que puedo llorar.
Enzo BiagiSi hablas mal, se hablar谩 de ti peor.
Hes铆odoSi tuviera que dimitir cada vez que el Gobierno discrepa conmigo, no durar铆a una semana como ministro de Defensa.
Moshe DayanLa manera m谩s profunda de sentir una cosa es sufrir por ella.
Gustave FlaubertLa avaricia es la m谩s desinteresada de las pasiones, ya que exige una abnegaci贸n, a veces de magnitud heroica.
Francisco AyalaEl Blues de La Estrella Del Sur
La caracola azul
de la ma帽ana
y el despertar violento de la rosa
volver谩n a latir
debajo de tu piel.
Las puertas de cristal del sentimiento
se abrir谩n con un blues:
con el blues
de la estrella del sur.
Es hora ya de que despierten los colores.
Es el blues de la estrella del sur.
El adi贸s, la aventura
est谩n en los bolsillos de tu ropa.
Es el blues de la estrella del sur.
Brilla la luna
encima de las piedras.
Es hora ya, despierta.
Es el blues de la estrella del sur.
No es necio el que hace la necedad, sino el que, hecha, no la sabe encubrir.
Baltasar Graci谩nLa naturaleza misma ha impreso en la mente de todos la idea de un Dios.
Cicer贸n隆Qu茅 triste es amarlo todo sin saber lo que se ama!
Juan Ram贸n Jim茅nezC贸mo tener confianza de una mujer que le dice a uno su verdadera edad. Una mujer capaz de decir esto es capaz de decirlo todo.
Oscar WildeCumplamos la tarea de vivir de tal modo que cuando muramos, incluso el de la funeraria lo sienta.
Mark Twain