Colección de jose
La mayor sabidurÃa que existe es conocerse a uno mismo.
Galileo GalileiUna colección de bellas máximas es un tesoro más apreciable que las riquezas.
Isócrates¡Dios mÃo, qué guapa estabas esta tarde cuando hablamos por teléfono!
Sacha GuitryLa literatura es el arte de la palabra.
Manuel Gayol FernándezLa primera ley de la amistad es pedir a los amigos cosas honradas; y solo cosas honradas hacer por ellos.
CicerónEvoluciones progresivas que crecen cada vez más, son la materia de la historia.
NovalisHay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.
Albert EinsteinNo hay peor cuña que la de la misma madera.
RefránEl tiempo es el único capital de las personas que no tiene más que su inteligencia por fortuna.
Honoré de BalzacEl hombre desdichado busca un consuelo en la amalgama de su pena con la pena de otro.
Milan KunderaHay pocos lazos de amistad tan fuertes que no puedan ser cortados por un pelo de mujer.
Santiago Ramón y CajalRealidad Y Sueño
Náufrago de mi propio sueño,
como si transportara en la flor de los labios
el silencio desnudo,
más que la sangre muda de hospital
muerta en el abandono;
con la tristeza del que viaja
por un aire sin viaje,
reducido al silencio
bajo un olor de rosa no pensada,
cuando el jardÃn no sabe
si la flor es un sueño
o la esperanza presentida;
fijo en mis latitudes
con el lÃmite sueño entre las manos,
en su cauce la sangre detenida
y el temor de que llegue hasta mi tacto
la presión más efÃmera
o la más fina flor ya derribada;
lÃmite y carne, sueño ilimitado
bajo la sábana, tan blanca,
por la que corre sangre
como la vena rota
en la piel de una virgen;
amigo de mà mismo
igual al hombre que presiente
la altura de su sombra
a la hora del último camino,
cara al ángel que viaja hacia mi encuentro
con la blancura Ãntima del niño aún no nacido,
me recuesto en mis venas
doloroso y sediento, sin mis nervios
ni el recuerdo inicial,
aquel primer encuentro con la muerte
tan clara, pura y sombra.
Siento que un mar lejano,
hundido como puerto bajo niebla,
hasta mà llega, cuando poso mi mano ávida
sobre el temor de mi sombrÃa piel,
igual que un rÃo inmóvil camina por los campos,
y de la sombra de mi aliento,
lento y desnudo, fiel a mi destino,
con mi sangre en el hielo,
más frÃa que la estatua bajo el agua,
con el frÃo en las manos
y la desnuda voz enmudecida,
hacia mi sombra vuelvo,
retorno a mi naufragio.
Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas.
BudaA veces sucede asà en la vida: cuando son los caballos los que han trabajado, es el cochero el que recibe la propina.
Daphne du MaurierExposición, crÃtica y apreciación son labores de mentes de segunda fila.
Godfrey Harold HardyEl hombre sigue siendo la mayor computadora.
John F. KennedyAlgunas veces, la razón me parece ser la facultad de nuestra alma para no comprender nada de nuestro cuerpo.
Paul ValéryNo juzguéis a los demás si no queréis ser juzgados. Porque con el mismo juicio que juzgareis habéis de ser juzgados, y con la misma medida que midiereis, seréis medidos vosotros.
Jesus CristoEl que quiera tener razón y habla solo, de seguro logrará su objetivo.
Johann Wolfgang Von GoetheYo creo en las familias numerosas: toda mujer deberÃa tener al menos tres maridos.
Zsa Zsa Gabor