Colección de paco
AnomalÃa
No paseo. Ni ando. Voy a casa.
Cayó del monedero el bono-bus
y tengo cinco duros. Ni para
cerveza me queda. Te amé
escrupulosamente. Iba
a charcuterÃas y te invitaba
a cenar. Eso era una muestra
evidente de mi ternura. No
tengo nada. Nada.
1993
En poca agua, poco se navega.
RefránEl cristianismo es, precisamente, la religión por excelencia, porque expone y manifiesta, en su plenitud, la naturaleza, la propia esencia de todo sistema religioso, que es el empobrecimiento, el sometimiento, el aniquilamiento de la humanidad.
Mikhail BakuninEl guerrero es transparente en sus acciones y secreto en sus planes.
Paulo CoelhoAlgo hay tan evidente como la muerte y es la vida.
Charles ChaplinSoy un comunista hormonal.
José SaramagoAntes de negar con la cabeza, asegúrate de que la tienes.
Truman CapotePreferirÃa perder a mi mejor amigo antes que a mi peor enemigo. Ya sabe usted que para tener amigos solo se necesita ser bondadoso; pero cuando a un hombre no le queda un enemigo es que debe de haber en él algo mezquino.
Oscar WildeLleve cada uno su culpa y no habrá culpables.
Antonio PorchiaNo podemos permitirnos ser ingenuos al tratar los sueños. Se originan en un espÃritu que no es totalmente humano sino más bien una bocanada de naturaleza.
Carl JungLos Nombres de Las Cosas
Si decimos madera, se oye el viento
poniendo entre los árboles su música,
como cuando al nombrar el pan nos llega
un vaho caliente de la mies madura
y al decir vino es un otoño claro
lo que nos toca con su mansa lluvia.
En el ala del nombre cada cosa
trae el olor de una sustancia pura,
la lejana verdad de su materia,
los cálidos cimientos que la fundan.
Si decimos madera suena el golpe
del leñador entre las altas plumas
vegetales, la sombra campesina
si pan decimos fugitiva cruza
y la mano artesana que levanta
la nÃvea luz de la amasada espuma,
y el rumor jornalero en los lagares
si vino dice nuestra voz, se escucha.
En la arcilla del nombre cada cosa
como en pequeños rÃos acumula
el humano sudor, el noble esfuerzo
para su claridad primera y última.
Hasta nosotros vienen nombres, cosas:
madera, vino, pan, metales, frutas...
Satélites diarios nos rodean,
sus solÃcitas sombras nos ayudan.
Tienes que pronunciar los nombres
de las cosas sintiendo su profunda
realidad de materia y su invisible
condensación de vida.
Tal la pulpa de una almendra,
en la cáscara del nombre trozos de vida,
vidas diminutas, duermen y se despiertan
en tus labios, hijo,
cuando tus labios las pronuncian.
La guerra es una invención de la mente humana; y la mente humana también puede inventar la paz.
Winston ChurchillDios hizo el campo, y el hombre la ciudad.
William CowperEn mi choza todo cuanto puedo ofreceros es que los mosquitos son pequeños.
Matsuo BashoLo que se aprende en la cuna siempre dura.
RefránHaz lo que sientes en tu corazón para estar bien, serás criticado de todos modos. Te reprocharán si lo haces y te reprocharán si no lo haces.
Eleanor RooseveltUn amante apasionado ama hasta los defectos de la persona a quien ama.
MolièreLas alturas guÃan, pero en las alturas.
Antonio PorchiaLas máquinas, siendo por sà incapaces de lucha, han logrado que el hombre luche por ellas.
Samuel ButlerDoce fotografÃas significativas en un año cualquier son una buena cosecha.
Ansel Adams