Colección de pepe
El oficio de historiador es el más penoso de todos.
Fustel de CoulangesLos placeres son como los alimentos: los más simples son aquellos que menos cansan.
Joseph Sanial-DubayEl llanto es tan saludable como el sudor y más poético.
Alejandro CasonaNo des vueltas al pasado, pues no lo puedes cambiar, que no te agobie el futuro, pues no sabes si llegará, disfruta del presente, no lo dejes escapar, porque cuando se vaya, jamás volverá.
PacoyoLa literatura es el arte de escribir algo que se lee dos veces; el periodismo, el de escribir algo que se lee una vez.
Cyril ConnollySe conocen infinitas clases de necios; la más deplorable es la de los parlanchines empeñados en demostrar que tienen talento.
Santiago Ramón y CajalLos empleos públicos pertenecen al Estado; no son patrimonio de particulares. Ninguno que no tenga probidad, aptitudes y merecimientos es digno de ellos.
Simón BolÃvarUn psiquiatra es un hombre que va al Folies Bergère y mira... a los espectadores.
Jean RigauxBastante, significa un poco más de lo que cada uno posee.
Benjamin FranklinEl principio es la mitad del todo.
PitágorasSuelta Su Vago Humor de Vidrio
Suelta su vago humor de vidrio
contrito, mi alma; desde el fondo,
un burbujear de fango encrespa;
y el águila insomne que empollaba
en mà las brasas del valiente,
ya dormitando, cacarea.
Y asà me van dejando, amigo;
asà se enmustian mis guirnaldas.
Ni siquiera una pasión me mata:
de grietas torpes, de penumbras,
ciento de enfermedades sórdidas,
ya no me miro.
Ya mi fuerza
no anda con mis piernas; ni mis brazos
se cumplen moviéndose, ni medra
mi corazón en la alegrÃa.
Luego, el ir viviendo, y el doliente
espejo, calvo en las almenas
de la cabeza; la oficina,
la mano cortada, la costumbre
de perder los gustos que uno amaba.
Piedra es mi lengua entre cenizas.
Pues cansado estoy, pues viejo a voces,
pues solamente voy jalando.
Un fruto seco reproducen
las costillas descorazonadas.
Ni por si acaso ya me miro;
en la cara aguanto, al descubierto
los resollares de la noche.
Pérfidamente, la vergüenza
benévola del carnicero,
vio la ilustración inalcanzable.
Y el vino y la sal y el pan y el agua
lloran, y me alejan sus guirnaldas
en conmistión; me desamparan
las brasas del poder, el águila
combustible; duerme el aspersorio
del orgullo, el verbo reviviente.
Amigo, amigo. Se enmustiaron
mis flores marchitas; en desgracia
recordando voy, como de vida.
Y para acabar, por no rendirme,
no canto ya ni me despido.
¡Quieren ser libres y no saben ser justos!
Emmanuel Joseph SieyèsEl derecho y el deber son como las palmeras: no dan frutos si no crecen uno al lado del otro.
Félecité de LamennaisA menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en un mismo ataúd.
Alphonse de LamartineEl hombre que comprendiese a Dios serÃa otro Dios.
René de ChateaubriandNo hay falsedad tan insensata que no la apoye algún testigo.
Plinio el ViejoVerdad es lo que la mayorÃa ve como verdad, pero la mayorÃa también puede cambiar de opinión a lo largo de la historia.
Salman RushdieLa ociosidad camina con lentitud, por eso todos los vicios la alcanzan.
San AgustÃnLa gente se arregla todos los dÃas el cabello. ¿Por qué no el corazón?
Proverbio Chino