El entendimiento es una tabla lisa en la cual nada hay escrito.
Pero algunos creen que, aparte de toda esta multitud de bienes, hay algún otro que es bueno por sí mismo y que es la causa de que todos aquellos sean bienes.
Es evidente que todos los fines no son fines perfectos. Pero el bien supremo constituye, de alguna manera, un fin perfecto.
La multitud obedece más a la necesidad que a la razón, y a los castigos más que al honor.
La virtud resplandece en las desgracias.
El alma es aquello por lo que vivimos, sentimos y pensamos.
El miedo es un sufrimiento que produce la espera de un mal.
La bestialidad es un mal menor que la perversidad, pero es más temible.
Aprendemos, o por inducción o por demostración. La demostración parte de lo universal; la inducción de lo particular.
La verdadera causa final reside en los seres inmóviles.
La ciudad (polis) es una de las cosas que existen por naturaleza; y el hombre es, por naturaleza, un animal político.
Y es que la naturaleza no hace nada en vano, y entre los animales, el hombre es el único que posee la palabra.
Ir siempre de lo simple a lo compuesto.
La inteligencia consiste no solo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica.
Ni tampoco por ser eterno será más bien, si no es más blanco lo que dura mucho tiempo que lo que dura un solo día.
Cometer una injusticia es peor que sufrirla.
Demasiado poco valor es cobardía y demasiado valor es temeridad.
Los sabios tienen las mismas ventajas sobre los ignorantes que los vivos sobre los muertos.
Es ignorancia no saber distinguir entre lo que necesita demostración y lo que no la necesita.
Si nada hay eterno, no es posible la producción ni la generación.