La poesia no quiere adeptos,quiere amantes.
Hay dulzura infantil en la mañana quieta.
Y con el rosa de Romeo y Julieta iré a Santiago. Mar de papel y plata de monedas iré a Santiago. ¡Oh Cuba! ¡Oh ritmo de semillas secas!.
El hombre famoso tiene la amargura de llevar el pecho frío y traspasado por linternas sordas que dirigen sobre ellos otros.
Mira a la derecha y a la izquierda del tiempo y que tu corazón aprenda a estar tranquilo.
Como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir.
Quiero llorar porque me da la gana.
Dejaría en este libro toda mi alma.
La Niña Va Por Mi Frente
¡Oh, qué antiguo sentimiento!
¿De qué me sirve, pregunto,
la tinta, el papel y el verso?
Carne tuya me parece,
rojo lirio, junco fresco.
Morena de luna llena.
¿Qué q...
La traducción destroza el espíritu del lenguaje.
Ay, Voz Secreta
Ay voz secreta del amor oscuro
¡ay balido sin lanas! ¡ay herida!
¡ay aguja de hiel, camelia hundida!
¡ay corriente sin mar, ciudad sin muro!
¡Ay noche inmensa de perfil seguro,
...
Apunte Para Una Oda
Desnuda soledad sin gesto ni palabra,
transparente en el huerto y untuosa por el monte;
soledad silenciosa sin olor ni veleta
que pesa en los remansos, siempre dormida y sola.
Sol...
Muerto de Amor
A Margarita Manso
¿Qué es aquello que reluce
por los altos corredores?
Cierra la puerta, hijo mío,
acaban de dar las once.
En mis ojos, sin querer,
relumbran cuatro faroles.
Será ...
Interior
No quiero ser poeta,
ni galante.
¡Sábanas blancas donde te desmayes!
No conoces el sueño
ni el resplandor del día.
Como los calamares,
ciegas desnuda en tinte de perfume.
Carmen.
Los toros son la fiesta más culta que hay hoy en el mundo
El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula, pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos. Desde luego no creo en la fronte...
Ni por un momento, viejo hermoso Walt Whitman, he dejado de ver tu barba llena de mariposas.
El que quiere arañar la luna, se arañará el corazón.
¿Te colgaré sobre los muros de mi museo sentimental, junto a los gélidos y oscuros lirios durmientes de mi mal? ¿O te pondré sobre los pinos -libro doliente de mi amor- para que sepas de los trin...
¡No me mires más! Si quieres te daré mis ojos, que son frescos, y mis espaldas para que te compongas la joroba que tienes