Nunca se tiene la libertad de amar o de dejar de amar.
Nunca otra cosa damos con tanta liberalidad como nuestros consejos.
No se elogia, en general, sino para ser elogiado.
Prometemos según nuestras esperanzas y cumplimos según nuestros temores.
Los celos son el mayor de los males, y el que menos mueve a compasión a la persona que los causa.
El interés habla toda suerte de lenguas y representa toda suerte de personajes, incluso el del desinteresado.
No solo los hombres tienden a perder el recuerdo de los beneficios y de las injurias, sino que incluso odian a sus benefactores y dejan de odiar a quien los ofendió. La perseverancia en recompensar e...
Los celos se alimentan de dudas.
Perdonamos cuanto amamos.
Todo el mundo se queja de no tener memoria y nadie se queja de no tener criterio.
Cuando los grandes hombres se dejan abatir por la duración de sus infortunios, demuestran que solo los soportaban por la fuerza de su ambición, y no por la de su ánimo, y que, sin más diferencia q...
No se desprecia a todos los que tienen vicios, pero sí a los que no tienen ninguna virtud.
La pasión a menudo convierte en loco al más sensato de los hombres, y a menudo también hace sensatos a los más locos.
Los que ponen demasiado empeño en las cosas pequeñas, por lo común se hacen incapaces de hacer las grandes.
La moderación es un temor a caer en la envidia y en el desdén que merecen los que se embriagan con su dicha; es una vana ostentación de la fuerza de nuestro ánimo; y finalmente, la moderación de ...
Esas acciones grandiosas y espléndidas que deslumbran, según los políticos son efecto de grandes designios, pero por lo común tan solo son efecto del talante y de las pasiones. Así, la guerra de ...
El interés, que ciega a unos, ilumina a otros.
Se necesitan virtudes más grandes para soportar la prosperidad que la suerte adversa.
Las pasiones engendran a menudo otras que son sus contrarias: la avaricia produce a veces la prodigalidad, y la prodigalidad la avaricia; a menudo somos firmes por ser débiles, y audaces por cobardí...
Si no tuviéramos orgullo no nos quejaríamos del de los demás.