Frases de amor de hermann hesse
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La felicidad es amor, no otra cosa. El que sabe amar es feliz.

Lo blando es más fuerte que lo duro; el agua es más fuerte que la roca, el amor es más fuerte que la violencia.

... ¡el amor puede mendigarse, comprarse, darse, recogerse en la calle, pero no se roba!

El amor es más fuerte que la violencia.

Y ni condenas ni odios, sino amor resignado y amorosa paciencia nos acercan a la meta sagrada.

Me encontré de pronto en la culminación de la dicha del amor y en consecuencia en la cima de mi vida, de mis añoranzas y aspiraciones.

He fracasado en el intento de dedicar amor a las cuestiones políticas.

El amor siempre es así, nos une a nuestros semejantes. Duele el corazón, duelen los ojos, el orgullo y la vanidad resultan heridos y la propia personalidad parece abatirse por completo.
La llamada de la muerte es una llamada de amor. La muerte puede ser dulce si respondemos que de ser así, si la aceptamos como una de las grandes formas eternas de la vida y la transformación.
No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injustic...

Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros.

Sin el animal que habita dentro de nosostros somos ángeles castrados.

Ninguno de los libros de este mundo te aportará la felicidad, pero secretamente te devuelven a ti mismo.

Vivimos solo de nuestros pobres, bellos, y magníficos sentimientos, y cada sentimiento que lastimamos es una estrella que apagamos.

Alguno no llega jamás a ser hombre, y sigue siendo rana, ardilla u hormiga.

La divinidad está en ti, no en conceptos o en libros.

Divino es y eterno el Espíritu.

Hago mi camino cansado y polvoriento, y detenida y dudosa queda tras de mí la juventud, que baja su hermosa cabeza y se niega a acompañarme.

Podemos comprendernos unos a otros, pero solo a sí mismo puede interpretarse cada uno.

Donde el camino me llevó siempre una lumbre daba abrigo pero yo nunca conocí qué es una patria y un hogar.

Lleno estaba el mundo de amigos cuando aún mi cielo era hermoso. Al caer ahora la niebla los ha borrado a todos.

Los libros solo tienen valor cuando conducen a la vida y le son útiles.

La práctica debería ser producto de la reflexión, no al contrario.

Todo amor, como experiencia, es absolutamente original.

Hay quienes se consideran perfectos, pero es solo porque exigen menos de sí mismos.

Quien "no encaja en el mundo" , está siempre cerca de encontrarse a sí mismo.

Algo más, algo menos, mi querido muchacho, las voces de los hombres son todas un engaño; solo somos honestos cuando niños, y ya después en el sepulcro.

La desesperación es el resultado de pretender tomarse en serio la vida con todas sus bondades, la justicia y la razón, y de cumplir con sus exigencias.

La belleza no hace feliz al que la posee, sino a quien puede amarla y adorarla.

Cuando alguien que de verdad necesita algo, lo encuentra, no es la casualidad quien lo procura, sino él mismo. Su propio deseo y su propia necesidad le conducen a ello.

La mañana y la noche vienen otra vez vienen siempre de nuevo mientras que tú jamás.

No reniego del patriotismo, pero primeramente soy un ser humano, y cuando ambas cosas son incompatibles, siempre le doy la razón al ser humano.

¡Qué extraño es vagar en la niebla! Ningún hombre conoce al otro.

¿Acaso todo, todo lo que pueda alegrar una pizca la vida está lejos de mí?.

Todos llevan consigo, hasta el fin, viscosidades y cáscaras de huevo de un mundo primordial.

La vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo, el intento de un camino, el esbozo de un sendero.

Allí está todo lo que necesitas, sol y luna y estrellas, pues la luz que reclamas habita en tu interior.

Hacer versos malos depara más felicidad que leer los versos más bellos.

Las palabras no sirven para explicar un sentido secreto.

Todos tenemos orígenes comunes: las madres; todos nosotros venimos de la misma sima, pero cada uno –tentativa e impulso desde lo hondo- tiende a su propio fin.