George brassens morir por las ideas. Encuentra docenas de george brassens morir por las ideas con fotos para copiar y compartir.
El hecho que un creyente pueda ser más feliz que un escéptico es tan cierto como decir que el borracho es más feliz que el hombre sobrio.
Al mirar hacia atrás, el crítico ve la sombra de un eunuco. ¿Quién sería crítico si pudiera ser escritor?.
Los espejos se emplean para verse la cara, el arte para verse el alma.
Los recuerdos son los cabellos blancos del corazón.
Todo en el mundo es material y, de acuerdo con la ley universal, todo está en movimiento y constantemente está siendo transformado.
La estadística es una ciencia que demuestra que si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno.
Leyendo una biografía, recordad que la verdad no se presta nunca a una publicación.
El recuerdo es el perfume del alma.
El estado ideal no es aquel en que cada uno tiene acceso a la misma cantidad de riqueza, sino en proporción a su contribución a la riqueza general.
Dios ha puesto el placer tan cerca del dolor que muchas veces se llora de alegría.
Aprendemos de la experiencia que los hombres nunca aprenden nada de la experiencia.
Amad. Es el único bien que hay en la vida.
¿Qué hombre inteligente si le dieran a elegir escoger entre vivir sin rosas o vivir sin berzas no correría a asegurar las berzas?
Nadie puede ser sensato con el estómago vacío.
No busquemos solemnes definiciones de la libertad. Ella es solo esto: Responsabilidad.
La ley de la sociedad es cada uno para todos y todos para cada uno.
El que no es bello a los veinte, ni fuerte a los treinta, ni rico a los cuarenta, ni sabio a los cincuenta, nunca será ni bello, ni fuerte, ni rico, ni sabio.
A los empresarios les gustan las asambleas porque ellos las inventaron.
Debes perder una mosca para pescar una trucha.
Cuando un amigo nos pide algo, la palabra "mañana" no existe.
Nuestras acciones hablan sobre nosotros tanto como nosotros sobre ellas.
La volubilidad de la mujer a quien amo es splo comparable a la infernal constancia de las mujeres que me aman.
¡Dejadme escapar de la mentirosa y criminal ilusión de la felicidad! Dadme
trabajo, cansancio, dolor y entusiasmo.
La civilización es una carrera entre la educación y la catástrofe.
Ama a tu vecino, pero no derribes vuestra verja.
Trabaja para mantener viva en tu pecho esa pequeña chispa de fuego celeste, la conciencia.
El tiempo no duerme los grandes dolores, pero sí los adormece.
Las sociedades no mueren de la cúspide a la base, sino de la base a la cúspide.
La belleza exterior no es más que el encanto de un instante. La apariencia del cuerpo no siempre es el reflejo del alma.
Las elecciones, a veces, son la venganza del ciudadano. La papeleta es un puñal de papel.
Hay que mejorar la condición femenina. Las cocinas son demasiado pequeñas, los fregaderos demasiado bajos y el mango de las cacerolas está mal aislado.
Una frase puede cambiar un destino.
No todo resbalón significa una caída.
¿Cómo se puede decir a un hombre que tiene una patria cuando no tiene derecho a una pulgada de su suelo?.
La indignación moral no es más que envidia con aureola.
No frecuentes las malas compañías, no sea que aumente su número.
Dichoso es aquel que mantiene una profesión que coincide con su afición.
Ella había perdido el arte de la conversación, pero no la capacidad de hablar.
No hay verdadera felicidad en el egoismo.
En la mujer, el orgullo es a menudo el móvil del amor.