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Tengo pocos amigos, ¡pero cuánta amistad tengo!.
Dar con los ojos cerrados. Recibir con los ojos abiertos.
Quién se emociona por lo simple suele no ser simple.
La verdadera hermandad no requiere lazos de sangre.
Vivir es un oficio para especialistas.
Quién da conocerá la ingratitud, pero también la emoción de dar.
Toda mujer es madre aunque no tenga hijos.
Los dueños de la verdad la siguen buscando.
No podría quererte más. Pero podría quererte mejor.
La vida es un laberinto. Pero los iluminados conocen la salida.
Triunfar es también llegar al fin de la ilusión.
La vida es solo una pequeña luz entre dos grandes oscuridades.
Las grandes verdades nacieron brisas. Y fueron ciclones.
Nadie pudo ver el cielo sin elevar la mirada.
Hombres de pequeña talla proyectaron sombras gigantescas.
Cuando leo que se asesinó a un hombre quisiera ser analfabeto.
Te sumé a mi vida. Y la multipliqué.
La voz de la sangre se puede oír en el silencio.
Tantos siglos de civilización y no aprendimos a abrazarnos.
Nacer vacío, posibilita todo. Vivir vacío, nada.
La nacionalidad agrupa hombres. La comprensión los une.
Combatir por el bien no es combatir. Es dar.
La sed de verdad es insaciable.
La felicidad está en mil cofres. Pero todos tenemos alguna llave.
Quién da todo, quisiera dar más.
Un cuerpo aloja una vida. Y un corazón la acaricia.
Cien caricias no borran una bofetada.
Quien confunde esposa con esclava, está confundiendo amor con propiedad.
El perdón siempre contiene justicia. Aunque no sea justo.
El amor es el único idioma que puede prescindir de las palabras.
Se puede ser generoso dando poco y miserable dando más.
Quien cambia felicidad por dinero
no podrá cambiar dinero por felicidad.
Las leyes condenan al que roba un pan y absuelven a quién roba una ilusión.
Los valientes también temen. Pero siguen avanzando.
“Puede mentirse con palabras. Pero nunca con los ojos”
“Perdonar es comprender”
Aceptemos elogios solo de quienes podrían criticarnos
Todos vemos lo mismo, pero los grandes lo revelan.
El verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber.
Yo no sé desde dónde, hacia dónde, ni cuándo regresarás... sé solo que te estaré esperando