Marcel Proust el verdadero viaje del descubrimiento. Encuentra docenas de Marcel Proust el verdadero viaje del descubrimiento con fotos para copiar y compartir.
Un hombre honesto debe obtener la estima pública sin haberlo previsto, y por así decirlo, a pesar suyo. Quien se dedica a buscarla revela su estatura.
El afortunado hallazgo de un solo libro puede haber cambiado el destino de un hombre.
Solo se ama lo que no se posee totalmente.
Hay que trabajar menos.
No hay paraíso hasta que se ha perdido.
Para el beso, la nariz y los ojos están tan mal colocados como mal hechos los labios.
Aprender a conocer más para amar menos
Lo mismo que el porvenir, el pasado no se saborea todo de una vez, sino grano a grano
El tiempo, que cambia a las personas, no altera la imagen que hemos conservado de ellos.
Todo lo grande en el mundo proviene de los neuróticos. Solo ellos han fundado nuestras religiones y compuesto nuestras obras maestras.
Es en los momentos de enfermedad que nos vemos obligados a reconocer que no vivimos solos, pero encadenado a una criatura de un reino diferente, mundos enteros separados, que no tiene conocimiento de ...
El tiempo pasa, y poco a poco todo lo que hemos hablado en la mentira se convierte en verdad.
Felicidad sirve casi ningún otro propósito que el de hacer posible la infelicidad.
El hábito es una segunda naturaleza que nos impide conocer la primera, de la que no tiene ni la crueldad ni los encantamientos.
No hay hombre, por sabio, que no tiene en algún momento de su juventud dicho cosas o vivido de una manera la conciencia de que es tan desagradable para él en la vida posterior que con mucho gusto, s...
Las personas pueden tener diferentes tipos de placer. La verdad es que para los que van a renunciar a los otros.
La felicidad es beneficioso para el cuerpo, pero es dolor que desarrolla los poderes de la mente.
La mentira es esencial para la humanidad. Ellos son quizás tan importante como la búsqueda del placer y, además, son dictadas por esa búsqueda.
Tres cuartas partes de las enfermedades de las personas inteligentes vienen de su inteligencia. Se necesitan por lo menos un médico que puede entender esta enfermedad.
Nuestras entonaciones contienen nuestra filosofía de la vida, lo que cada uno de nosotros está constantemente diciendo a sí mismo de las cosas.
Somos sanados del sufrimiento solamente cuando lo experimentamos a fondo.
Un cambio en el tiempo es suficiente para recrear el mundo y de nosotros mismos.
Si un poco que soña es peligroso, la curación para ella no es soñar menos, pero soñar más, a soñar todo el tiempo.
Dejemos las mujeres bonitas a los hombres carentes de imaginación.
Cada lector se encuentra. El trabajo del escritor no es más que una especie de instrumento óptico que permite que el lector pueda discernir lo que, sin este libro, que tal vez nunca han visto en sí...
En una separación el único que no es muy querido es el que dice las cosas más tiernas.
Como muchos intelectuales, que era incapaz de decir una cosa simple de una manera simple.
No debemos tener miedo de ir demasiado lejos, porque la verdad está más allá.
El tiempo de que disponemos cada día es elástica, las pasiones que sentimos que dilatan, los que nos inspiran reducirlo, y la costumbre llena.
La felicidad en el amor no es un estado normal.
Nuestros deseos se ponen trabas mutuamente y en la confusión de la vida raras veces una dicha corresponde exactamente a aquel que la había reclamado.
Mentimos toda la vida incluso -o sobre todo o tal vez sólo- a quienes nos aman.
Cabe preguntarse si en ciertas clases populares no existe más duplicidad que en la alta sociedad, que sin duda se reserva para nuestra ausencia las En cuanto somos desdichados, nos volvemos morales
A partir de cierta edad hacemos como que no nos importan las cosas que más deseamos.
Más difícil aún que llevar una vida ordenada es imponérselo a otros
Todo lo grande en el mundo viene de los neuróticos
Los paraísos perdidos solo están en nosotros mismos
El único paraíso es el paraíso perdido
Tan pronto como uno es infeliz se hace moral
La felicidad es saludable para los cuerpos, pero es la pena lo que desarrolla las fuerzas del espíritu