Creo en mi corazón, siempre pero nunca vaciado.
Gabriela Mistral
Ella es la fuerza viva, el soplo ardiente de cuanto sueña y goza, piensa y siente; de cuanto canta y ríe, vibra y ama.
No es suficiente combatir la ignorancia de los ignorantes. Es preciso también, y en primer lugar, combatir la ignorancia de los que saben muchas cosas, incluso de los que creen saberlo todo.
Las tragedias de los otros son siempre de una banalidad exasperante.
Todos los asuntos tienen dos asas: por una son manejables, por la otra no.