Aun viéndote sucia y borracha, me arrodillo para nombrarte: ¡Madre!.
Ernesto Esteban Echenique
A fuego lento, revoltosas caricias que parecen mariposas se cuelan por debajo de la ropa y van dejando el sentimiento, amor forjado a fuego lento.
Nuestro ideal no llega a las estrellas, es sereno, sencillo; quisiéramos hacer miel como abejas, o tener dulce voz o fuerte grito, o fácil caminar sobre las hierbas o senos donde mamen nuestros hijo...
Solo hay un remedio para las canas. Lo inventaron los franceses. Se llama guillotina.
El que prescinde de un amigo es como el que prescinde de su vida.