Colección de jose
Creo que la verdad desnuda no es moral.
Valeriu ButulescuMejor puede usar de sus apetitos el que mejor los puede encubrir.
SénecaSi el hombre tuviese alas, bajarÃa más.
Antonio PorchiaLa definición de éxito no la dan los premios, entiendo el éxito como el momento en que la oportunidad se encuentra con la preparación.
Hilary SwankEl futuro no está en nuestras manos. No ejercemos poder sobre él. Solo nos queda actuar, aquà y ahora.
Madre Teresa De CalcutaA la luna frÃa la llama de la hoguera sube después de otra.
Takako HashimotoLos sabios emiten ideas nuevas; los necios las expanden.
Heinrich HeineLa religión aporta satisfacciones imaginarias o fantasticas que desvÃan cualquier esfuerzo racional por encontrar satisfacciones reales.
Karl MarxVende su propia voluntad el que recibe ajeno beneficio.
SénecaEn El Cansancio de La Noche
En el cansancio de la noche,
penetrando la más oscura música,
he recobrado tras mis ojos ciegos
el frágil testimonio de una escena remota.
OlÃa el mar, y el alba era ladrona
de los cielos; tornaba fantasmales
las luces de la casa.
Los comensales eran jóvenes, y ahÃtos
y sin sed, en el naufragio del banquete,
buscaban la ebriedad
y el pintado cortejo de alegrÃa. El vino
desbordaba las copas, sonrosaba
la acalorada piel, enrojecÃa el suelo.
En generoso amor sus pechos desataron
a la furiosa luz, la carne, la palabra,
y no les importaba después no recordar.
Algún puñal fallido buscaba un corazón.
Yo alcé también mi copa, la más leve,
hasta los bordes llena de cenizas:
huesos conjuntos de halcón y ballestero,
y allà bebÃ, sin sed, dos experiencias muertas.
Mi corazón se serenó, y un inocente niño
me cubrió la cabeza con gorro de demente.
Fijé mis ojos lúcidos
en quien supo escoger con tino más certero:
aquel que en un rincón, dando a todo la espalda,
llevó a sus frescos labios
una taza de barro con veneno.
Y brindando a la nada
se apresuró en las sombras.
Donde no hay esperanza no puede haber esfuerzo.
Ben JohnsonCesen los soberbios y cesará la necesidad de levantar a los humildes.
José MartÃRecuerdo incluso lo que no quiero. Olvidar no puedo lo que quiero.
Cicerón¿Quién debe diseñar en última instancia el producto?. El cliente, por supuesto.
Philip KotlerAprende a valorarte, lo que significa luchar por tu felicidad.
Ayn RandLo que hace que la profesión de escritora sea animada y apasionante es la constante posibilidad de fracasar.
Patricia HighsmithHay probabilidad de que ocurran cosas inesperadas en cada segundo de nuestra frágil existencia.
Paulo CoelhoDecÃa Sócrates que los dioses eran los mejores y más bienaventurados entre todas las cosas y que el hombre que a la semejanza de ellos se comportaba en el vivir, cuanto más era semejante, más bienaventurado y mejor era. Si como dijo dioses dijera Dios, no habrÃa más que decir.
Erasmo De Rotterdam¡SÃ! te contestaré con alegrÃa desde los intemporales campos celestes por donde camino: Estoy en tu corazón, y ¡qué feliz soy!.
William HeinesenLa razón se pierde razonando.
Antonio Porchia