Colecci髇 de jose
La caridad es un deber; la elecci贸n de la forma, un derecho.
Concepci贸n ArenalLas injurias son las razones de los que tienen culpa.
Jean-Jacques RousseauSon distintas la aguas que cubren a los que entran al mismo r铆o.
Her谩clitoA todo hombre le es concedido conocerse a s铆 mismo y meditar sabiamente.
Her谩clitoEl Odio es un borracho al fondo de una taberna, que constantemente renueva su sed con la bebida.
Charles BaudelaireA los silenciosos no se les puede quitar la palabra.
Stanislaw Jerzy LecLa verdad no se decide por el voto popular.
Rudyard KiplingLa historia se repite. Ese es uno de sus inconvenientes.
AbresilleEl hombre es un pedazo del universo hecho vida.
Ralph Waldo EmersonCuanto m谩s numerosas son las cosas que quedan para aprender, menos tiempo queda para hacerlas.
Marcel Pr茅vostInterpretar es como hacer el amor: en cada ocasi贸n tienes que aportar algo nuevo y evitar que se convierta en una rutina.
Irene BausLas personas cambian cuando se dan cuenta del potencial que tienen para cambiar las cosas.
Paulo CoelhoUn perro hambriento solo tiene fe en la carne.
Ant贸n Pavlovich Ch茅jovLas mujeres cuanto mas masa tengan, mas atractivas son.
NewtonEl hombre que no percibe el drama de su propio fin no est谩 en la normalidad sino en la patolog铆a, y tendr铆a que tenderse en la camilla y dejarse curar.
Carl Gustav JungToma consejo en el vino, pero decide despu茅s con agua.
Benjamin FranklinTala
Ll茅vese estos ojos, piedritas de colores,
esta nariz de t贸tem, estos labios que saben
todas la tablas de multiplicar
y las poes铆as m谩s selectas.
Le doy la cara entera, con la lengua y el pelo,
me quito las u帽as y dientes y le completo el peso.
No sirve esa manera de sentir.
Qu茅 ojos ni qu茅 dedos.
Ni esa comida recalentada, la memoria,
ni la atenci贸n, como una cotorrita perniciosa.
Tome las inducciones y las perchas
donde cuelgan las palabras lavadas y planchadas.
Arree con la casa, fuera de todo,
d茅jeme como un hueco, o una estaca.
Tal vez entonces, cuando no me valga
la generosidad de Dios, eso boy scout,
y est茅 igual que la alfombra que ha aguantado
su lenta lluvia de zapatos ochenta a帽os
y es urdimbre no m谩s, claro esqueleto donde
se borraron los ricos pavorreales de plata,
puede ser que sin vos diga tu nombre cierto
puede ocurrir que alcance sin manos tu cintura.
La iron铆a es una tristeza que no puede llorar y sonr铆e.
Jacinto BenaventeCoraz贸n Partidario
Mi coraz贸n, lo sabes,
no est谩 con el que triunfa o que lo espera,
con el juramento mercader
que acecha el buen provecho,
se agazapa, salta sobre la utilidad, que es su querida,
busca ganancia en el abrazo,
obtiene renta de las mariposas y pone r茅dito a la luz,
cobra recibo por los amaneceres milagrosos,
por cambiante gracia del color
de una invisible rosa apresurada,
dulce y apresurada
como si fuese un hombre o una llama
o una felicidad humana: s铆.
Mi coraz贸n no est谩 con el hombre que sabe
de la verdad todo lo necesario
para olvidar el resto de ella,
satisfecho del viento, poderoso del humo,
canciller de la niebla,
rey acaso, pero nunca de s铆.