Colección de pepe
Cuando el diablo está satisfecho, es una buena persona.
Jonathan SwiftEconomizad las lágrimas de vuestros hijos a fin de que puedan regar con ellas vuestra tumba.
PitágorasDarÃa todo lo que sé, por la mitad de lo que ignoro.
René DescartesEn un mundo superior puede ser de otra manera, pero aquà abajo, vivir es cambiar y ser perfecto es haber cambiado muchas veces.
John H. NewmanNuestro gran tormento en la vida proviene de que estamos solos y todos nuestros actos y esfuerzos tienden a huir de esa soledad.
Guy de MaupassantHay tantas leyes que nadie está seguro de no ser colgado.
Napoleón BonaparteHay algo absolutamente tranquilizador sobre la televisión: lo peor está siempre por venir.
Jack GouldEl amigo leal se rÃe con tus chistes, aunque no sean tan buenos, y se conduele de tus problemas aunque no sean tan graves.
Arnold H. GlasowLa volubilidad de la mujer a quien amo es splo comparable a la infernal constancia de las mujeres que me aman.
George Bernard ShawA veces, cuesta mucho más eliminar un solo defecto que adquirir cien virtudes.
Jean de la BruyereLas palabras, cera; las obras acero.
Luis de Góngora y ArgoteUna injusticia hecha al individuo es una amenaza hecha a toda la sociedad.
MontesquieuCuanto menos aporta un polÃtico, más ama a la bandera.
Kin HubbardAnverso
No veo tu sonrisa entre mis labios
apurar la prolongada espera
en tu abandono de luciérnaga a la noche;
sólo tengo asida entre mis brazos
la inexpresable lucha
de penetrar en el bosque sin fondo de tu sueño
que empieza en la penumbra.
Solo el afán de arañar las escamas de la tierra
y volcar la savia del origen
en tu canasto de riveras blandas,
para encontrarte a ti,
en el hueco de tus verdes plantaciones
como un todo revuelto entre mis manos.
Solo mis párpados abiertos
confundidos en el incendio de absorberte
en tu acuario de humo,
bajo la soledad de unos cerebros desyelmados.
No veo tu presencia desdoblada
ahondarme y contenerme,
sólo mi furia de hombre
en las grietas de ti misma
persiguiéndote sin alcanzarte.
Solo la noche posada en tus cabellos,
la noche raspándonos los ojos,
la noche uniéndonos y separándonos
como división eterna entre los cuerpos.
Algunas personas son tan falsas que ya no son conscientes de que piensan justamente lo contrario de lo que dicen.
Marcel AyméProcuro no tener demasiada pasión. La pasión es dejarse ir, transformarse en un sujeto pasivo.
Emilio Alarcos LlorachLos antepasados son lo más importante para quien no ha hecho nada.
Giacomo LeopardiLa pálida muerte lo mismo llama a las cabañas de los humildes que a las torres de los reyes.
HoracioEl renombre y el reposo no compaginan.
Georg Christoph LichtenbergLa conciencia es, a la vez, testigo, fiscal y juez.
Refrán