El que seduce a un juez con el prestigio de su elocuencia, es más culpable que el que le corrompe con dinero.
Mis libros siempre están a mi disposición, nunca están ocupados.
Es preferible ser viejo menos tiempo que serlo antes de la vejez.
Donde quiera que se esté bien, allí está la patria.
La naturaleza misma ha impreso en la mente de todos la idea de un Dios.
El que sufre tiene memoria.
Una cosa es saber y otra saber enseñar.
No basta adquirir la sabiduría, es preciso usarla.
El amor es el deseo de obtener la amistad de una persona que nos atrae por su belleza.
La amistad es un acuerdo perfecto de los sentimientos de cosas humanas y divinas, unidas a la bondad y a una mutua ternura.
El egoísta se ama a sí mismo sin rivales.
Para ser libres hay que ser esclavos de la ley.
Si cerca de la biblioteca tenéis un jardín ya no os faltará de nada.
La ley suprema es el bien del pueblo.
Somos esclavos de las leyes para poder ser libres.
Si queremos gozar la paz, debemos velar bien las armas; si deponemos las armas no tendremos jamás paz.
Si quieres ser viejo mucho tiempo, hazte viejo pronto.
¡Oh, dulce nombre de la libertad!
La ciencia que se aparte de la justicia más que ciencia debe llamarse astucia.
Si quieres aprender, enseña.