Trabajé siempre para mi patria poniendo voluntad, no incertidumbre; método no desorden; disciplina, no caos; constancia no improvisación; firmeza, no blandura; magnanimidad, no condescendencia.
Parece que la injusticia tiene en nosotros más abrigo que la justicia. Pero yo me río, y sigo mi camino.
El modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente.
Renuncio a mi sueldo de vocal de la Primera Junta de Gobierno porque mis principios así me lo exigen.
Nadie me separara de los principios que adopté cuando me decidí a buscar la libertad de la patria amada, y como éste solo es mi objeto, no las glorias, no los honores, no los empleos, no los intere...
Ni la virtud ni los talentos tienen precio, ni pueden compensarse con dinero sin degradarlos.
El honor y el premio son los resortes para que no se adormezca el espíritu del hombre.
No busco el concepto de nadie, sino el de mi propia conciencia, que al fin es con la que vivo en todos los instantes y no quiero que me remuerda.
Me glorío de no haber engañado jamás a ningún hombre y de haber procedido constantemente por el sendero de la razón y de la justicia, a pesar de haber conocido la ingratitud.
¿Qué otra cosa son los individuos de un gobierno, que los agentes de negocios de la sociedad, para arreglarlos y dirigirlos del modo que conforme al interés público.
Me hierve la sangre, al observar tanto obstáculo, tantas dificultades que se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por la patria.
Yo no sé más que hablar la verdad y expresarme con franqueza esto me lo he propuesto desde el principio de la revolución y he seguido y seguiré así.
En vano los hombres se empeñan en arrastrar a su opinión a los demás, cuando ella no está cimentada en la razón.
Mis intenciones no son otras que el evitar la efusión de sangre entre hermanos.
En mis principios no entra causar males sino cortarlos.
Los gobiernos ilustrados, conociendo las ventajas que prometen el premio y el honor, han echado mano de estos principios motores del corazón humano para todas las empresas.
Lo que creyere justo lo he de hacer, sin consideraciones ni respetos a nadie.
Deseo ardorosamente el mejoramiento de los pueblos. El bien público está en todos los instantes ante mi vida.
Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella.
No busco glorias si no la unión de los americanos y la prosperidad de la patria.