Dicen que cuando los americanos buenos mueren van a París -dijo sir Thomas riendo...-¿En serio? ¿Y dónde van los americanos malos cuando mueren? -preguntó la duquesa. -Van a América -murmuró lord Henr...
Hay tres clases de déspota: el que tiraniza el cuerpo, el que tiraniza el espíritu y el que tiraniza el cuerpo y el espíritu a la vez. Al primero se le llama Príncipe; al segundo, Papa y al tercero, P...
Mientras la guerra sea considerada como mala, conservará su fascinación. Cuando sea teñida por vulgar, cesará su popularidad.
Es terriblemente triste que el talento dure más que la belleza.
La verdad, en materia religiosa, es simplemente la opinión que ha sobrevivido.
En los asuntos triviales, el estilo y no la sinceridad es lo esencial. En los importantes, también el estilo es lo esencial.
Morir por las creencias teológicas es el peor uso que un hombre puede hacer de su vida.
El optimismo empieza con una mueca explícita y el pesimismo termina con gafas de sol. Además, los dos son simples poses.
¡sepanlo todos! cada hombre mata lo que ama: unos, con mirada cruel; otros, con palabras amorosas; el cobarde, con un beso, y el valiente, con la espada.
La mismisima esencia de la aventura es la incertidumbre. Si alguna vez me caso, intentare, desde luego, olvidarlo.
Fracasar y morir joven es la única esperanza de un escocés que desee perdurar como artista.
Ningún gran artista ve las cosas como son en realidad. Si lo hiciera, dejaría de ser artista.
La belleza y la fealdad son un espejismo porque los demás terminan viendo nuestro interior.
...apelando a la prudencia según ese libro de la cobardía cuyo autor se llama sentido común.
No tiene el mundo flor en la tierra alguna,ni el mar en ninguna bahía perla tal,como un niño en el regazo de su madre.
En el arte como en el amor la ternura es lo que da la fuerza.
Para la mayoría de nosotros, la vida verdadera es la vida que no llevamos.
Un poco de sinceridad es algo peligroso; demasiada sinceridad, es absolutamente fatal.
Siempre hay algo ridiculo en las emociones de la gente que uno ha dejado de amar.
Quien suele llorar profusamente,también es capaz de reír con intensidad al instante siguiente.