Siempre es bueno dar consejos, pero darlos buenos es fatal.
Adoro los placeres sencillos; son el último refugio de los hombres complicados.
Cualquiera puede simpatizar con las penas de un amigo, simpatizar con sus éxitos requiere una naturaleza delicadísima.
La única ventaja de jugar con fuego es que aprende uno a no quemarse.
El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible.
Los solteros ricos deberían pagar más impuestos. No es justo que unos sean más felices que otros.
Que un hombre muera por una causa no significa nada en cuanto al valor de la causa.
Uno debería estar siempre enamorado. Por eso jamás deberíamos casarnos.
A mí dadme lo superfluo, que lo necesario todo el mundo puede tenerlo.
La experiencia no tiene valor ético alguno, es simplemente el nombre que damos a nuestros errores.
El escultor piensa en mármol.
Estar alerta, he ahí la vida; yacer en la tranquilidad, he ahí la muerte.
El hombre puede creer en lo imposible, pero no creerá nunca en lo improbable.
Cualquiera puede hacer una cosa, el mérito está en hacer creer al mundo que uno lo ha hecho.
Cualquiera puede hacer historia; pero solo un gran hombre puede escribirla.
Cínico: un hombre que sabe el precio de todo y el valor de nada.
El sufrimiento es el medio por el cual existimos, porque es el único gracias al cual tenemos conciencia de existir.
La moda es siempre un esperpento tal que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses.
La vida es simplemente un mal cuarto de hora formado por momentos exquisitos.
Hay mucho que decir en favor del periodismo moderno. Al darnos las opiniones de los ignorantes, nos mantiene en contacto con la ignorancia de la comunidad.