Buena es la riqueza si la manda la razón.
Necesaria es la experiencia para saber cualquier cosa.
El que súbito se determina, súbito se arrepiente.
No hay cosa que más pronto torne a sí, que el amor.
Siempre el esperar, aunque sea el bien, da cuidado.
De ninguna suerte debemos fiarnos menos que de la buena.
Deberíamos recibir bien los trabajos, sabiendo que vienen por providencia divina.
Un solo bien puede haber en el mal: la vergüenza de haberlo hecho.
Tomado un amigo debe dársele crédito y antes de tomarle se le debe juzgar.
El que de buena voluntad recibió algún beneficio, pagó la primera parte de su obligación.
No puede el médico curar bien sin tener presente al enfermo.
Solamente sabe mucho el que sabe lo bastante para vencer.
Aquella se puede llamar felicidad, que con nuestros deseos se mide.
A los que poca experiencia tienen, mucho les acrecienta su mal, pensar que no tienen semejante.
A los que con armas vencen, los vencen muchas veces los vicios.
No sabe ser rey el que teme mucho el odio ajeno.
Con facilidad se adquiere lo preciso para la vida.
No es destierro el sitio en que estamos seguros.
Hasta la muerte huye de los desgraciados.
Nunca es demasía publicar lo que es necesario que se sepa.