Aquel que es demasiado pequeño tiene un orgullo grande.
Cambia de placeres, pero no cambies de amigos.
Quien no tiene toda la inteligencia de su edad, tiene toda su desgracia.
Hay quienes solo utilizan las palabras para disfrazar sus pensamientos.
Las lágrimas son el lenguaje silencioso del dolor.
Las mujeres son como las veletas: solo se quedan quietas cuando se oxidan.
El verdadero valor consiste en saber sufrir.
Los males llegan volando y se alejan renqueando.
Lo maravilloso de la guerra es que cada jefe de asesinos hace bendecir sus banderas e invocar solemnemente a Dios antes de lanzarse a exterminar a su prójimo.
La virtud y el vicio, el bien y el mal morales, son pues en todos los países lo que es provechoso o dañino para la sociedad; y en todos los lugares y en todas las épocas al que más se sacrifique a lo ...
Es increible y vergonzoso que ni predicadores ni moralistas eleven más su voz contra los abusos hacia los animales.
Detesto lo que escribes, pero daría mi vida para que puedieras seguir escribiendolo.
Si los pobres empiezan a razonar todo está perdido.
Pensad por cuenta propia y dejad que los demás disfruten del derecho a hacer lo mismo.
Es una de las supersticiones de la mente humana imaginarse que la virginidad pueda ser una virtud.
También hay fanáticos que conservan la sangre fría, pertenecen a esa clase los jueces que sentencian a muerte a los que no han cometido más crimen que el de no pensar como ellos. . . Las leyes y la re...
Cada hombre, en el fondo de su corazón, tiene derecho a creerse enteramente igual a los demás hombres; de ello no se desprende que el cocinero de un cardenal deba ordenar a su amo que le haga la cena;...
Todo amor que no sea una pasión furiosa y tragica debe ser erradicado del teatro; y un amor, sea cual fuere, estaria tan desplazado en electra como en athalie. Vos habeis reformado la declamacion; ha ...
El único placer de la vida en Ginebra es que allí cada cual puede morir como le dé la gana. Hay mucha gente decente que ni siquiera llama al cura.
El secreto de no hacerse fastidioso consiste en saber cuando detenerse.