Y eso era justamente lo que pretendían, que me intoxicara cada vez más con mis propios pensamientos, hasta que ya no pudiera más y los tuviera que escupir, que vomitar, y tuviese que confesar
Stefan Zweig
Nunca hay que dejar de indignarse frente a la corrupción.
A partir de un determinado momento, advirtió Paul vagamente, la tecnología había pasado a señalarle únicamente el carácter ineludible y próximo de la nada. En vez de liberar nanobots en el torr...
Y llueve y se hace tarde y toda la tristeza del mundo no cambia nada.
Tú estás viva; pero estar viva no es lo mismo que vivir.