Colecci髇 de pepe

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El rico no es el que posee oro y plata, sino el que se contenta con poco.

Miguel de Unamuno

El pensamiento, cuanto m谩s puro, tiene su n煤mero, su medida, su m煤sica.

Mar铆a Louise de La Rom茅e

Dichoso es aquel que mantiene una profesi贸n que coincide con su afici贸n.

George Bernard Shaw

Un banquero es alguien que os presta un paraguas cuando el sol brilla y os lo reclama al caer la primera gota de agua.

Mark Twain

El mayor espect谩culo es un hombre esforzado luchando contra la adversidad; pero hay otro a煤n m谩s grande: ver a otro hombre lanzarse en su ayuda.

Oliver Goldsmith

La experiencia del mundo no consiste en el n煤mero de cosas que se han visto, sino en el n煤mero de cosas sobre las que se ha reflexionado con fruto.

Gottfried Wilhelm Leibniz

Los hombres viven celosos de la inmortalidad.

Plat贸n

隆Cu谩n querida es de todos los corazones buenos su tierra natal!

Voltaire

El misterio es la mitad de la belleza.

Fagus

Toda dificultad eludida se convertir谩 m谩s tarde en un fantasma que perturbar谩 nuestro reposo.

Fr茅d茅ric Chopin

La civilizaci贸n es una terrible planta que no vegeta y no florece si no es regada de l谩grimas y de sangre.

Arturo Graf

La moderacion es siempre la t谩ctica preferible.

Carlos I

Elige la mejor manera de vivir; la costumbre te la har谩 agradable.

Pit谩goras

La verdad existe. Solo se inventa la mentira.

Georges Braque

El que no se posee a s铆 mismo es extremadamente pobre.

Ram贸n Llull

Los hijos son tormento, y no otra cosa.

Leon Tolstoi

El perd贸n, una de las pocas cosas que puedo dar a otros, sin tenerla para mi mismo.

Samuel Gonzalez

Mucho amor germina en la casualidad; tened siempre dispuesto el anzuelo, y en el sitio que menos lo esper谩is encontrar茅is pesca.

Ovidio

Dios se deja conquistar por el humilde e rechaza la arrogancia del orgulloso.

Juan Pablo II

Perdi茅ndome En Tu Cuerpo

Mi boca de poca risa
parte alegre hacia tu boca
y como siempre voy hacia tu cuerpo
estoy sin voz
a la hora de los besos.
Me detengo un minuto
en el silencio
para componer un canto a tus caricias
y voy perdi茅ndome en tu cuerpo.
La noche me envuelve lentamente
y las llaves de la casa
me recuerdan el regreso.

Orietta Lozano