Antonio carvajal tigres en el jardín ( 3 )
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Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar.
Cuando nos vimos por primera vez, no hicimos sino recordarnos. Aunque te parezca absurdo, yo he llorado cuando tuve conciencia de mi amor hacia ti, por no haberte querido toda la vida.
Vengo de morirme, no de haber nacido. De haber nacido me voy.
De lo que llaman los hombres virtud, justicia y bondad, una mitad es envidia, y la otra no es caridad.
Que dos y dos sean necesariamente cuatro, es una opinión que muchos compartimos. Pero si alguien sinceramente piensa otra cosa, que lo diga. Aquí no nos asombramos de nada.
Sí, es entrando en todo como voy saliendo de todo.
Quien se queda mucho consigo mismo, se envilece.
La confesión de uno humilla a todos.
Puestos a elegir entre la verdad y el placer de buscarla, elegiríamos lo segundo.
No tienes nada y me darías un mundo. Te debo un mundo.
La libertad sin una autoridad fuerte e incólume, no es libertad al cabo de poco tiempo, sino anarquía.
Los periódicos en España se hacen, en primer lugar para que los lean los periodistas; luego los banqueros; más tarde, para que el poder tiemble y, por último e inexistente término, para que los h...
No soy pesimista. Soy un optimista bien informado.
Sin el tiempo, esa invención de Satanás, el mundo perdería la angustia de la espera y el consuelo de la esperanza.
Llamar fiesta a un rito tan sangriento como una corrida de toros es lo contrario de llamar sacrificio al rito incruento de la misa.
La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés.
Vivid no de acuerdo con los ideales recibidos, sino con vuestras aspiraciones, con vuestra intuición más vehemente.
En España, de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa.
El aconsejar es un oficio tan común que lo usan muchos y lo saben hacer muy pocos.
Mientras Yo Te Besaba...
Mientras yo te besaba
te dormiste en mis brazos.
No lo olvidaré nunca.
Asomaban tus dientes
entre los labios:
fríos, distantes, otros.
Ya te habías ido.
Debajo de mi cuerp...
En mi soledad he visto cosas muy claras que no son verdad.
En la corte es llegada a tanto la locura, que no llaman buen cortesano sino al que está muy adeudado.
Todo deseo tiene un objeto y éste es siempre oscuro. No hay deseos inocentes.
Telaraña
A Lucía Mera
Por entre la luz
y el polvo
de las esquinas,
tú,
telaraña
de asombro
por los recuerdos.
De "La Ciudad" 2001
Iii - La Muerte
Tú, noche, que eres la última entre las últimas
flores de la tiniebla, cuyo tallo se empapa aún
de las tintas negras del crepúsculo, préstame
tu canto abrio de silencio...
Nuno ...
Nieve
Retrocede, combate
hacia atrás, corazón mío.
Cíñete al amor, queda
activo en cuerpos, en
materiales amantes.
Olvida la nieve, vive
con los tuyos, desciende
a la ternura. Este
es tu país.
...
Ahora sé por qué los tigres se comen a sus crías
El gobierno, con sus leyes y regulaciones más numerosas que los pelos de un buey, es un vicioso opresor del individuo, más temible que el más fiero de los tigres
Todos los imperialistas son tigres de papel, parecen poderosos pero en realidad no lo son tanto, es el pueblo el que es realmente poderoso.
Los tigres de la cólera son más sabios que los caballos del saber.
La mitad de la ley es magia pura... tigres de papel que defienden el templo de una diosa con los ojos vendados.
Los tigres adoran la pimienta, odian la canela
Porque crees que me has comprendido has dejado de comprenderme.
La has llamado con los mejores nombres y aún no la quieres. Es que aun te falta llamarla con los peores nombres para quererla.
Esta sociedad nos da facilidades para hacer el amor, pero no para enamorarnos.
En política solo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela.
Moneda que está en la mano, / tal vez se deba guardar. / La monedita del alma / se pierde si no se da.
La política es el arte de aplicar en cada época aquella parte del ideal que las circunstancias hacen posible.
El buen juez no ha de torcer las leyes a su condición, sino torcer su condición conforme a las leyes.
Leer es el único acto soberano que nos queda.
