Henry frederic ( 3 )
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De qué sirve una casa sino se cuenta con un planeta tolerable donde situarla.
Para saber algo, debes saber lo opuesto.
La melancolía es una tristeza, un deseo sin nada de dolor, parecido a la tristeza en la misma medida en que la neblina se parece a la lluvia.
El arte es duradero, y el tiempo es veloz.
El estado ideal no es aquel en que cada uno tiene acceso a la misma cantidad de riqueza, sino en proporción a su contribución a la riqueza general.
Una conversación con un hombre sabio vale más que diez años de estudio en libros.
En vez de amor, dinero o fama, dame la verdad.
El único pecado mortal que conozco es el cinismo.
A ningún hombre debe obligársele a hacer el trabajo que puede hacer una máquina.
El día de tu muerte sucederá que lo que tú posees en este mundo pasará a manos de otra persona. Pero lo que tú eres será tuyo por siempre.
La ley de la sociedad es cada uno para todos y todos para cada uno.
La ignorancia es madre del miedo.
El fracaso es, a veces, más fructífero que el éxito.
Las sociedades no mueren de la cúspide a la base, sino de la base a la cúspide.
No encuentres la falta, encuentra el remedio.
El tiempo no es sino la corriente en la que estoy pescando.
La verdad se asienta en un limitado ámbito; el error, empero, es inmenso.
Confianza es el sentimiento de poder creer a una persona incluso cuando sabemos que mentiríamos en su lugar.
¿Cómo se puede decir a un hombre que tiene una patria cuando no tiene derecho a una pulgada de su suelo?.
Toda dificultad eludida se convertirá más tarde en un fantasma que perturbará nuestro reposo.
Para todo problema humano hay siempre una solución fácil, clara, plausible y equivocada.
Algún día la ciencia puede llegar a tener la vida del hombre en sus manos y, haciendo estallar el mundo la especie humana puede incurrir en un suicidio colectivo.
Lee los buenos libros primero; lo más seguro es que no alcances a leerlos todos.
No interesa lo pequeño que parezca el comienzo.
¡Como si se pudiera matar el tiempo sin insultar a la eternidad!
La mayor parte de la escritura se hace lejos de la máquina de escribir.
Casi todos los médicos tienen sus enfermedades favoritas.
Destruimos la esclavitud, pero no el racismo.
El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia.
En amor la experiencia no cuenta para nada; porque si contase no se volvería a amar.
Los obstáculos son esas cosas espantosas que ves cuando apartas los ojos de tu meta.
Durante la juventud creemos amar; pero solo cuando hemos envejecido en compañía de otro, conocemos la fuerza del amor.
Dicen que cuando los americanos buenos mueren van a París -dijo Sir Thomas riendo... ¿En serio? ¿Y dónde van los americanos malos cuando mueren? -preguntó la duquesa. Van a América, murmuró Lor...
Un hombre ha de mantener su amistad en continua reparación.
Cuán vano es sentarse a escribir cuando aún no te has levantado para vivir.
El cielo, el infierno y el mundo entero, está en nosotros.
Grande es el arte de comenzar, pero mayor es el arte de concluir.
Después del amor, lo más dulce es el odio.
El secreto de mi éxito está en pagar como si fuera pródigo y vender como si estuviera en quiebra.
Adelante trabajando siempre logrando siempre buscando y aprendiendo a forjar y esperar.
