Juventud de napoleon. Encuentra docenas de juventud de napoleon con fotos para copiar y compartir.
El paraíso es un lugar central al que las almas de todos los hombres llegan por caminos diferentes; cada secta tiene su ruta particular.
Ningún pueblo ha tenido tantos reyes asesinados como Francia; ciertamente, no es un país fácil de gobernar.
En la victoria lo merecemos, en la derrota lo necesitamos.
Las bases indispensables de la sociedad son el ocio y el lujo.
El ejemplo de Estados Unidos es absurdo; si los Estados Unidos estuvieran en el centro de Europa, no resistirían más de dos años a la presión de las monarquías.
Obligar a los ricos a pagar impuestos es una necesidad de guerra, pero obligar también a los pobres es una infamia.
Un hombre sin valor ni bravura es una cosa.
Las personas que debemos temer no son las que no están de acuerdo con nosotros. Debemos temer las que no están de acuerdo y son demasiado cobardes para darlo a entender.
Una retirada a tiempo es una victoria.
La religión es el reposo del alma, la esperanza. Es el bote salvavidas de los infelices.
Los hombres que han cambiado el mundo no lo han conseguido remplazando a los gobernantes, sino siempre agitando a las masas.
Tranquilizar el espíritu es la mejor manera de curar el cuerpo.
Los hombre generalmente no pasan de criaturas adolescentes.
El ajedrez es un juego sin par; regio e imperial.
No se debe juzgar a los hombres por su fisonomía, sobre todo, sin ponerlos a prueba.
No tengo más que al pueblo y a los militares hasta el grado de capitán; el resto me temen, pero no puedo contar con ellos.
La grandeza de Mahoma está en haber conquistado la mitad del globo en diez años, mientras que el cristianismo necesitó trescientos para establecerse.
No es fácil emprender largas expediciones con franceses. ¡Francia es demasiado bella!.
El ateísmo ha sido un principio destructor de toda organización social que niega al hombre la posibilidad del consuelo y toda esperanza.
El hombre superior es impasible por naturaleza: le da igual que le elogien o censuren.
El mayor orador del mundo es el triunfo.
Si no existiera el papa habría que crearlo para esta ocasión, como los cónsules romanos creaban un dictador ante situaciones dificiles.
De lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso.
Hay tantas leyes que nadie está seguro de no ser colgado.
La muerte es un ensueño sin ensueños.
Los sabios son los que buscan la sabiduría; los necios piensan ya haberla encontrado.
El coraje no se puede simular: es una virtud que escapa a la hipocresía.
Hay que encontrar un modo de preservar a las generaciones venideras de la avaricia o inhabilidad de las presentes.
Se puede aplastar una nación religiosa, pero no dividirla.
Cuando quiero que un asunto no se resuelva lo encomiendo a un comité.
Donde con toda seguridad encontrarás una mano que te ayude, será en el extremo de tu propio brazo.
La batalla más difícil la tengo todos los días conmigo mismo.
A todos nos gustaría haber sabido todo antes.
Si la obediencia es el resultado del instinto de las muchedumbres, el motín es el de su reflexión.
Las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo.
Para dirigir bien la política es necesario hacerlo sin pasión. Recelad del odio; escuchadlo todo y no os pronunciéis jamás sin haber dado a la razón tiempo para volver.
La Biblia no es un mero libro, sino una creación viviente, con un poder que vence a todo cuanto se le opone.
La envidia es una declaración de inferioridad.
De la sana educación de la juventud, depende la felicidad de las naciones.
La juventud quiere ser estimulada mejor que instruida.