Colección de jose
No se tiene más que la felicidad que se puede comprender.
Maurice MaeterlinckPedir una moral a la ciencia es arriesgarse a sufrir crueles desengaños.
Anatole FranceUrge ya, en estos tiempos de polÃtica de mostrador, dejar de avergonzarse de ser honrado. (. . . ) la polÃtica virtuosa es la única útil y durable.
José MartÃPax Animae
No me habléis más de dichas terrenales
que no ansÃo gustar. Está ya muerto
mi corazón, y en su recinto abierto
solo entrarán los cuervos sepulcrales.
Del pasado no llevo las señales
y a veces de que existo no estoy cierto,
porque es la vida para mà un desierto
poblado de figuras espectrales.
No veo más que un astro oscurecido
por brumas de crepúsculo lluvioso,
y, entre el silencio de sopor profundo,
tan solo llega a percibir mi oÃdo
algo extraño y confuso y misterioso
que me arrastra muy lejos de este mundo.
Entras. Te sientas. Cruzas las piernas. Y los ojos se me caen como moneditas falsas, tintineando.
José Luis Villatoro¡Que el Dios que has inventado te perdone!.
Ayn RandEstoy tan poco en mÃ, que lo que hacen de mÃ, casi no me interesa.
Antonio PorchiaLa Fuente Perdurable
Se estremeció al contacto de las manos
y ofrecÃa su cuerpo al alfarero
que ella siempre anheló: primero el rostro
después el talle luego las rodillas.
¡Oh sÃ! Mujer de barro que se vuelve
cántaro de aguamiel vasija húmeda
copa de vino para los desmayos
maceta de albahaca taza honda
cáliz de olor jofaina regalada
pila bajo la fuente perdurable
lamparilla de aceite que alumbrara
noches sin sueño y páginas de un libro
que está por escribir. ¡Oh sÃ; ser barro!
Barro que ha descubierto a su alfarero.
La costumbre con la costumbre se vence.
Thomas De KempisNunca escribà una frase que valiese la pena mientras estaba bajo la influencia del alcohol.
Raymond CarverEsta noche se oirá dentro de tu piel. No hay ningún momento, que se pueda comparar al amor.
Luis Alberto SpinettaLa esperanza es el hoy amargo.
José VÃctor MartÃnez GilSomos temerosos de lo que nos hace diferentes.
Anne RiceLa tolerancia y la paciencia son mucho más profundas y efectivas que la mera indiferencia.
Dalai LamaAyer pasó Dios por mi puerta y me miró a los ojos (nunca lo habÃa visto de aquel modo inquisitivo). Hizo que repitiera el nombre que llevo entre los labios: era tu nombre, amor.
José Luis VillatoroLa seriedad es el último refugio de los superficiales.
Oscar WildeSu espÃritu habÃa perecido ahogado en su compasión; y cuando engrosaba y se desbordaba su compasión, siempre sobrenadaba una gran estupidez.
Friedrich NietzscheEl se desmayó, delante de mÃ, no fueron las pastillas fueron los hombres de gris.
Charly GarcÃaUn hombre digno debe ayudar a los necesitados, pero no aumentar los bienes de los ricos.
ConfucioLa vida es un espectáculo magnÃfico, pero tenemos malos asientos y no entendemos lo que estamos presenciando.
Georges Clemenceau