Colección de jose
Un paisano entre dos abogados es como un pescado entre dos gatos.
Benjamin FranklinEl Canto de Los Mares Solos
Somos la remembranza de la tierra vencida.
Necesitaba Dios nuestro vaivén profundo
que era ritmo en sus venas y en su carne florida
la invencible y eterna melodÃa del mundo.
Nuestro vigor es fuerza de estrellas y raÃces.
Los árboles nos dieron sus moribundos brÃos.
Soñamos en las claras y enormes cicatrices
que abrÃan las soberbias quillas de los navÃos.
Como un collar perdido de piedras fabulosas
las estrellas nos hieren en nuestro sueño esquivo.
Somos la sangre turbia de las difuntas cosas;
el grito gutural del hombre primitivo.
En nuestra rebelión de temblores y nervios
el eco de la tierra que se murió podrida.
¡Oh, mástiles sonoros; oh, navÃos soberbios
llevados por los vientos primeros de la vida!
¡Qué nuevos argonautas verán el vellocino!
En un dolor horrendo tiemblan nuestros ciclones
queriendo revivir el difunto destino
que fue sangriento y hosco como un tropel de leones.
Sabemos dónde estaban las estrellas, sus rastros
quedaron en nosotros. Con dulzura de abuelo
iremos sobre el agua colocando los astros
que desprendió Jesús con su mano del cielo.
Seremos un vigor enorme y tenebroso.
En nuestras olas vibran inmortales tormentas,
la voz del Cristo rueda semejando un sollozo
lanzado de la cruz hacia los Cuatro vientos.
Cuando leo que se asesinó a un hombre quisiera ser analfabeto.
José NaroskyCreer posible algo es hacerlo cierto.
Christian Friedrich HebbelEspérame y volveré a despecho de mil muertes. Los que no me esperaban quizá dirán: “Tuvo suerteâ€. Ellos no comprenderán que en el rigor del combate tu esperar me salvó. Mas cómo sobrevivÃ, solo tú y yo lo sabremos, pero tú supiste esperar como nadie esperó.
Konstantin SimonovLas armas del reino no se muestran al extranjero.
Lao TseMueren cien años en un instante, lo mismo que un instante en un instante.
Antonio PorchiaLa mujer no admite medio: o ama mucho, o aborrece mucho.
SénecaAnduve viajando muchos años por el mundo, con el lucero de tu nombre en los ojos.
Otto René CastilloNo quiero pensar porque no quiero que el dolor del corazón se una al dolor del pensamiento.
Emilio CastelarLas injurias y los beneficios penden de la voluntad.
SénecaEs un departamento pequeño; apenas tengo lugar donde dejar mi sombrero y un puñado de amantes.
Dorothy ParkerLibéranos de todos esos conceptos malditos, de esa manÃa de tener que explicarlo todo.
Paulo CoelhoEl demonio no puede resistir a la gente alegre.
Don BoscoLa libertad y la salud se asemejan: su verdadero valor se conoce cuando nos faltan.
Henri BecqueEs imposible, en nuestro desdichado globo, que los hombres viviendo en sociedad no estén divididos en dos clases, la una de opresores y la otra de oprimidos; y estas dos se subdividen en mil y esas mil tienen aún matices diferentes.
VoltaireSolo hay dos maneras de resumir la música : o es buena o es mala. Si es buena no le das más vueltas, simplemente la disfrutas.
Louis ArmstrongHe reducido el mundo a mi jardÃn y ahora veo la intensidad de todo lo que existe.
José Ortega Y GassetCuando en mi devastado paÃs la primavera decida que ya es tiempo de florecer de nuevo, tendrá el abono de la osamenta humana que dispersó en todos lados la danza de la muerte.
Francisco Morales SantosHay una fuerza motriz más poderosa que el vapor y la electricidad,la voluntad.
Albert Einstein