Frases francisco ayala. Encuentra docenas de frases francisco ayala con fotos para copiar y compartir.
Perdonamos cuanto amamos.
Para conservar la salud y cobrarla si se pierde, conviene alargar en todo y en todas maneras el uso del beber vino, por ser, con moderación, el mejor vehículo del alimento y la más eficaz medicina.
Conozco los secretos del alma del paisaje, y sé lo que entristece, y sé lo que consuela, y el viento traicionero y el bárbaro oleaje conocen la invencible firmeza de mi vela.
No se desprecia a todos los que tienen vicios, pero sí a los que no tienen ninguna virtud.
Donde hay poca justicia es un peligro tener razón.
Cuando me dices: Soy tuya, tu voz es miel y es aroma, es igual que una paloma torcaz que a su macho arrulla.
Lo más importante que tiene que saber un estudiante que sale de la escuela es qué es y qué no es la arquitectura.
Actividad artística impulsada por la potencia del creador capaz de despertar emociones.
Tus bellas formas cantan himnos contra la sombra y el olvido; tus formas, para quienes la luna resplandece, cada noche se entregan como la vez primera: temblorosas, sí, pero voluntarias.
La soledad es un viaje sin límites a la sed.
El interés, que ciega a unos, ilumina a otros.
Se necesitan virtudes más grandes para soportar la prosperidad que la suerte adversa.
Las pasiones engendran a menudo otras que son sus contrarias: la avaricia produce a veces la prodigalidad, y la prodigalidad la avaricia; a menudo somos firmes por ser débiles, y audaces por cobardí...
El orgullo se resarce siempre y no pierde nada, incluso cuando renuncia a la vanidad.
El tiempo también pinta.
Lo que tomamos por virtudes a menudo no es más que un compuesto de diversas acciones y diversos intereses que el azar o nuestro ingenio consiguen armonizar, y no es siempre el valor y la castidad lo ...
¡La tragedia es vulgar por lo sencilla!.
La música se va... Tan solo queda un perfume fugaz a carne y seda... ¿Quién tus encantos desnudó a la brisa?.
Todos tenemos fortaleza suficiente para soportar los males ajenos.
La fuerza y la flaqueza del ánimo tienen nombres engañosos; en realidad no son más que la buena o mala disposición de los órganos del cuerpo.
Contra mis enemigos, terco y rudo, esgrimiré en la lid, que no me apoca, por lanza mi razón y como escudo mi carácter más firme que una roca.
Para escribir este poema, pasé años buscándome las manos. Debí quitarme telarañas de los ojos; poner mi corazón al ritmo de las circunstancias más que al de las novias efímeras y, sobre todo, ...
El capricho de nuestro humor es aún más arbitrario que el de la suerte.
Ni el sol ni la muerte pueden mirarse de hito en hito.
Parece como si la naturaleza, que tan sabiamente dispuso los órganos de nuestro cuerpo para hacernos felices, hubiera querido darnos también el orgullo para evitarnos el dolor de conocer nuestras im...
La fortaleza de los hombres juiciosos no es más que el arte de encerrar el propio desasosiego dentro del corazón.
Cuando en mi devastado país la primavera decida que ya es tiempo de florecer de nuevo, tendrá el abono de la osamenta humana que dispersó en todos lados la danza de la muerte.
Por ti mares de sangre los hombres han llorado. El fuego de tus ojos al sacrilegio incita, y la eterna sonrisa de tu boca maldita de pálidos suicidas el infierno ha poblado.
Los pájaros saben que no hay invierno que dure cien años y que, al pasar la tormenta, la primera semilla que brota es el sol.
Cuerpo que no le arma su corazón, las armas le esconden; más no le arman.
Y si fuera pintor, ¡con qué cuidado, con mi pincel, por el amor guiado, diluiría en la cándida vitela de un abanico tu sutil figura, entre el rosa fragante y la frescura de un florido paisaje de a...
Solo el que manda con amor es servido con lealtad.
¡El amor es más fuerte que la Muerte, y la Muerte más fuerte que el olvido!.
La pintura es la gran pizarra de la historia.
Existe en el corazón humano una generación perpetua de pasiones, de tal manera que la ruina de una coincide casi siempre con el advenimiento de otra.
Juego lúdico en lo que tiene de aventurado el enfrentarse al enigma.
Ni la derrota en mi valor rehuyo... Mas, antes de rendirme fatigado, me encerraré en la torre de mi orgullo, y en sus escombros moriré aplastado.
El hombre va como los peones: de casilla en casilla sin poder atrapar a la dama.
La clemencia de los príncipes a menudo no es más que política para ganarse el afecto de los pueblos.
Gota en el aire y en los labios gota es tu nombre, Guatemala.