Proverbio ruso
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Es mejor volver atrás que perderse en el camino.

El servil es tu enemigo, tu amigo debatirá contigo.

Si nuestro corazón es una rosa, vuestra boca dirá palabras perfumadas.

Reza, pero no dejes de remar hacia la orilla.

El que ofende escribe en arena; el que es ofendido, escribe en marmol.

Al comprar una casa piensa en el vecino que adquirirás con ella.

No se muere dos veces si no se escapa de la muerte una vez.

El mismo martillo que rompe el cristal forja el acero.

Espera lo mejor y prepárate para lo peor.

La escalera ha de barrerse empezando por arriba.

Si te cansas de un amigo, préstale dinero.

El paso de la vida, no es atravesar una llanura.

Nunca trates de enseñar a un cerdo a cantar, perderás tu tiempo y fastidiarás al cerdo.

Caer está permitido. ¡levantarse es obligatorio!.

El lobo no teme al perro pastor, sino a su collar de clavos.

El dolor embellece al cangrejo.

El ser humano es bueno cuando hace mejores a los otros.

Cuando la cólera y la venganza se casan, su hija es la crueldad.

Dios da las nueces, pero no las parte.

Añorar el pasado es correr tras el viento.

El corazón es un niño: espera lo que desea.

El hombre que hace su fortuna en un año debería ser ahorcado doce meses antes.

Si cada uno barriera delante de su puerta, ¡qué limpia estaría la ciudad!

Por el amor de una rosa, el jardinero es servidor de mil espinas.

Todo gran amor no es posible sin pena.

Nuestro amor es como la llovizna que cae quedamente (silenciosmente), pero desborda el río.

La mitad de nuestras equivocaciones nacen de que cuando debemos pensar, sentimos, y cuando debemos sentir, pensamos.

Cuatro cosas hay que nunca vuelven más: una bala disparada, una palabra hablada, un tiempo pasado y una ocasión desaprovechada.

La primera vez que me engañes la culpa será tuya; la segunda vez, la culpa será mía.

El victorioso tiene muchos amigos. El vencido, buenos amigos.

Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio: no lo digas.

El amor hace pasar el tiempo; el tiempo hace pasar el amor

Locura es dar consejos a un enemigo; pero más locura todavía es tomarlos de él.

Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación.

Los oídos no sirven de nada a un cerebro ciego.

El mosquito no se apiada del hombre, por más flaco que esté.

El hombre es más duro que el hierro, más fuerte que un toro y más frágil que una rosa.

Si vives en mi corazón, viviras gratis.

Los pequeños ladrones, desde la cárcel, ven pasar a los grandes ladrones en carroza.

Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría.