Thomas mann paz ( 3 )
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A dónde podrá ir el que hasta aquí llegó, si más allá solo fueron los muertos.
Tarea delicada la de apaciguar muchedumbres, porque hacer mucho puede ser tan funesto como no hacer nada.
Una verdadera pintura del más pequeño hombre es capaz de interesar al hombre más grande.
La fortaleza crece en proporción a la carga.
Toma las cosas por el lado bueno.
Creo en la democracia porque da rienda suelta a las energías de todo ser humano.
Cuando la lucha entre facciones es intensa, el político se interesa, no por todo el pueblo, sino por el sector a que él pertenece. Los demás son, a su juicio, extranjeros, enemigos, incluso piratas...
Un hombre libre es aquel que, teniendo fuerza y talento para hacer una cosa, no encuentra trabas a su voluntad.
Ningún gobierno puede sostenerse sin el principio del temor así como del deber. Los hombres buenos obedecerán a este último, pero los malos solamente al primero.
Un gran hombre demuestra su grandeza por el modo en que trata a los que son o tienen menos que él.
El deseo es fósforo: ruido químico.
No sabemos ni un cienmillonésimo de nada.
La soledad es y siempre ha sido la experiencia central e inevitable de todo hombre.
La guerra no consiste solo en la batalla sino en la voluntad de contender.
¿Qué es el arte, sino una manera de ver?
Toda obra es deleznable, solo su ejecución no lo es.
Hablar es el arte de sofocar e interrumpir el pensamiento.
La base de todas las sociedades grandes y duraderas ha consistido, no en la mutua voluntad que los hombres se tenían, sino en el recíproco temor.
Dicen que.... es ya media mentira.
Que algo no funcione como tú esperabas no quiere decir que sea inútil.
Nadie llega al paraíso con los ojos secos.
Yo creo bastante en la suerte. Y he constatado que, cuanto más duro trabajo, más suerte tengo.
Los mejores momentos de mi vida han sido aquellos que he disfrutado en mi hogar, en el seno de mi familia.
La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar.
De niño fui muy tímido porque no tenía a nadie con quien hablar. Era muy vergonzoso y lo que solía hacer era leer a Oscar Wilde y a Dylan Thomas, libros que mi tía tenía y que hablaban del sufri...
Dicen que cuando los americanos buenos mueren van a París -dijo Sir Thomas riendo... ¿En serio? ¿Y dónde van los americanos malos cuando mueren? -preguntó la duquesa. Van a América, murmuró Lor...
Mi mente es incapaz de concebir una cosa como el alma. Puede que esté errado y que el hombre tenga un alma, pero yo simplemente no lo creo.
Alguien me aburrió. Creo que soy yo.
Aunque los amantes se pierdan el amor no.
El maestro que intenta enseñar sin inspirar en el alumno el deseo de aprender está tratando de forjar un hierro frío.
Si me detengo a reflexionar en lo que es propio decir a ésta o aquella persona, pronto dudaré que exista una parte de mi relato que con propiedad pueda contarse.
El hombre que no teme a las verdades, nada debe temer a las mentiras.
Quien no se resuelve a cultivar el hábito de pensar, se pierde el mayor placer de la vida.
Los hombres suelen, si reciben un mal, escribirlo sobre el mármol; si un bien, en el polvo.
Los hechos no dejan de existir solo porque sean ignorados.
Una opinión equivocada puede ser tolerada donde la razón es libre de combatirla.
La ociosidad es la madre de la filosofía.
Yo recomendaría que los escépticos dediquen aún más tiempo del que dedican ahora a tratar de entender porqué tanta gente quieren o necesitan creer.
La ciencia avanza a pasos, no a saltos.
Las personas no son recordadas por el número de veces que fracasan, sino por el número de veces que tienen éxito.
