Colecci髇 de jose
Donde reina el amor, sobran las leyes.
Plat贸nNadie puede ser esclavo de su identidad: cuando surge una posibilidad de cambio, hay que cambiar.
Elliot GouldLa creencia no es el principio, sino el fin de todo conocimiento.
Johann Wolfgang Von GoetheTu Espejo Es Un Sagaz
Tu espejo es un sagaz
te sabe poro a poro
te desarruga el ce帽o
te bienquiere
te pule las mejillas
te despeina los a帽os
o te mira a los ojos
te bienquiere
te depura los gestos
te pone la sonrisa
te transmite confianza
te bienquiere
hasta que sin aviso
sin pensarlo dos veces
se descuelga del clavo
te destroza
Culto es aquel que sabe d贸nde encontrar lo que no sabe.
Georg SimmelLa felicidad es mejor imaginarla que tenerla.
Jacinto BenaventeHay mucha gente que no cree en nada, pero que tiene miedo de todo.
Friedrich HebbelLas democracias suelen ser m谩s tranquilas y est谩n menos expuestas a la sedici贸n que el r茅gimen gobernado por una estirpe de nobles.
Sir Francis BaconInicua es la ley que a todos igual no es.
Fernando de RojasEl dinero es la tarjeta de cr茅dito de los pobres.
Herbert Marshall McLuhanNo preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, sino tan solo si marchamos por el mismo camino.
Johann Wolfgang Von GoetheEl verdadero significado de las cosas se encuentra al tratar de decir las mismas cosas con otras palabras.
Charles ChaplinLa adulaci贸n es una moneda falsa que tiene curso gracias solo a nuestra vanidad.
Francisco de La RochefoucauldApres煤rate; no te f铆es de las horas venideras. El que hoy no est谩 dispuesto, menos lo estar谩 ma帽ana.
OvidioHay mucho que saber, y es poco el vivir, y no se vive si no se sabe.
Baltasar Graci谩nLa vida es un juego de probabilidades terribles; si fuera una apuesta no intervendr铆as en ella.
Tom StoppardEl divorcio es un camino hacia la felicidad.
Luis Rojas MarcosEl favoritismo nos grava m谩s pesadamente que muchos millones de deuda.
Edmund BurkeNos desde帽amos u odiamos porque no nos comprendemos porque no nos tomamos el trabajo de estudiarnos.
Santiago Ram贸n y CajalCuando uno se halla habituado a una dulce monoton铆a, ya nunca, ni por una sola vez, apetece ning煤n g茅nero de distracciones, con el fin de no llegar a descubrir que se aburre todos los d铆as.
Germaine de Stael