Colección de jose

Se han encontrado 7191 pensamientos

El arte es una mentira que nos acerca a la verdad.

Pablo Picasso

No hay incendio como la pasión: no hay ningún mal como el odio.

Buda

Todo lo individual por sí tiene una medida propia de aptitud, solo la capacidad del género es inmensurable.

Novalis

El que tiene un derecho no obtiene el de violar el ajeno para mantener el suyo.

José Martí

Los bienes son para aquellos que saben disfrutarlos.

Epicuro

Allí donde Dios erige una iglesia, / el demonio siempre levanta una capilla; / y si vas a ver, encontrarás / que en la segunda hay más fieles.

Daniel Defoe

La risa no es más que la gloria que nace de nuestra superioridad.

Thomas Hobbes

Un discípulo de quien jamás se pide nada que no pueda hacer, nunca hace todo lo que puede.

John Stuart Mill

La igualdad tal vez sea un derecho, pero no hay poder humano que alcance jamás a convertirla en hecho.

Honoré de Balzac

Ni siquiera Dios puede cambiar el pasado.

Agatón

La gran pregunta que nunca ha sido contestada y a la cual todavía no he podido responder, a pesar de mis treinta años de investigación del alma femenina, es: ¿qué quiere una mujer?

Sigmund Freud

Para hacerse oír, a veces hay que cerrar la boca.

Stanislaw Jerzy Lec

El amor a la patria no conoce fronteras ajenas.

Stanislaw Jerzy Lec

Cuanto más crece nuestro conocimiento de los buenos libros, tanto más disminuye el círculo de los hombres cuya compañía nos resulta ingrata.

Ludwig Feuerbach

¡Ay del hombre que quiere actuar sinceramente en el amor!

George Sand

Las verdades que revela la ciencia superan siempre a los sueños que destruye.

Joseph Ernest Renan

Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego.

Mahatma Gandhi

Cuando alguien te lame las suelas de los zapatos, colócale el pie encima antes de que comience a morderte.

Paul Valéry

Sosiego

Des fauves souvenirs
flambent dans tes prunelles
Lean Deubel

Duérme: será dulce tu sueño
igual que sombra de flabelos
perfumada y mullida bajo un árbol,
en tanto que la luna de los parques
alumbra en lloro tenue
las vigilias inmóviles del mármol.

¡Duérme! Bája los párpados azules
sobre esas lágrimas felices.
Enormes soles rojos
reverberan, y en radas de molicie
los barcos se empenachan
y ponen rumbo a piélagos ignotos.

Los recuerdos -leones taciturnos-
vagan por el jardín de tus pupilas
que rudo arcángel guarda.
Sobre tu corazón ya mis arrullos
en vesperal bandada
replegaron las alas peregrinas.

Duérme tu noche sosegante, ungida
por los serenos cármenes
de mi tardía adolescencia...

Duérme, que de tu sueño en los umbrales,
un efebo de cándida sonrisa
abre sobre tus pies la cabellera.

Carlos López Narváez

El valor espera; el miedo va a buscar.

José Bergamín