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La guerra es de por vida en los hombres, porque es guerra la vida, y vivir y militar es una misma cosa.
Hay un hambre que es tan grande como la del pan y es la de la injusticia, la de la incomprensión.
Si no tuviéramos orgullo no nos quejaríamos del de los demás.
El orgullo interviene más aún que la bondad en nuestras represiones a quienes han cometido algún yerro, y les reprendemos más que para corregirles, para convencerles de que estamos exentos de él.
Nuestro amor propio sufre con mayor impaciencia la condenación de nuestras aficiones que la de nuestras pasiones.
Aquellos a quienes se condena al suplicio manifiestan a veces una fortaleza y un desprecio a la muerte que en realidad no es más que el temor a mirarla cara a cara; de modo que puede decirse que esa ...
Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera.
La filosofía triunfa fácilmente de los males pasados y de los males por venir,pero los males presentes triunfan sobre ella.
Por muchos descubrimientos que hayamos hecho en el país del amor propio, siempre quedarán muchas tierras desconocidas.
Menos mal hacen los delincuentes que un mal juez.
Sin libertad no hay obra de arte.
Solemos perdonar a los que nos aburren, pero no perdonamos a los que aburrimos.
La ágil caricia de tus sedas era como una primavera perfumada...
Al orgullo no le gusta deber, y al amor propio no le gusta pagar.
Yo sueño con tu amor... Una infinita dulzura sube del florido huerto... ¿Por qué el ensueño de una margarita, hoja tras hoja mi saudade arranca, si en la penumbra del balcón abierto falta esta ta...
El amor es canción para estar vivos, desprendida ternura, rompeolas.
En los celos hay más amor propio que amor.
No es el filósofo el que sabe donde esta el tesoro sino el que trabaja y lo saca.
Las pasiones son los únicos oradores que siempre persuaden. Son como un arte de la naturaleza cuyas reglas son infalibles; y el hombre más romo cuando le domina la pasión persuade mejor que el más...
Por mucho que nos esforcemos por cubrir las pasiones con apariencias de piedad y de honor, siempre se manifiestan a través de esos velos.
Cuando decimos que todo tiempo pasado fue mejor, condenamos el futuro sin conocerlo.
Una critica política abierta a todas las corrientes ideolgicas, sin censuras ni conveniencias, puede ser un factor de garantia de reformas progresistas, de evolucion conveniente, sin choques tempestu...
El amor propio es más ingenioso que el hombre más ingenioso de este mundo.
¿Conoce alguien el amor? ¡El amor es un sueño sin fin!.
Conviene vivir considerando que se ha de morir; la muerte siempre es buena; parece mala a veces porque es malo a veces el que muere.
Tenemos más fuerza que voluntad, y a menudo para disculparnos a nosotros mismos suponemos que las cosas son imposibles.
El general ha de ser considerado, y el soldado obediente.
La filosofía triunfa con facilidad sobre las desventuras pasadas y futuras, pero las desventuras presentes triunfan sobre la filosofía.
Ten paciencia con todas las cosas, pero sobre todo contigo mismo.
Quien vive de prisa no vive de veras.
Pocos son los que conocen la muerte; es algo que no suele aceptarse por decisión propia, sino por estolidez y por costumbre, y la mayoría de los hombres mueren porque no hay remedio para la muerte.
Nunca el hombre es tan ridículo por las cualidades que tiene, como por aquellas que cree tener.
Nunca somos tan felices ni tan infelices como pensamos.
Muchos son los buenos, si se da crédito a los testigos; pocos, si se toma declaración a su conciencia.
A menudo se hace ostentación de las pasiones, aunque sean las más criminales; pero la envidia es una pasión cobarde y vergonzosa, que nadie se atreve nunca a admitir.
Lo que hace que los amantes no se aburran nunca de estar juntos es que se pasan el tiempo hablando siempre de sí mismos.
A los viejos les gusta dar buenos consejos, para consolarse de no poder dar malos ejemplos.
Es una especie de obediencia muy agradable a los ojos de Dios no desear dispensas sin mucha necesidad.
Hay poca gente lo bastante cuerda que prefiera la censura provechosa a la alabanza traidora.
El exceso es el veneno de la razón.