Frases-cortas-dia-de-la madre ( 2 )
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Mi sangre y mis orígenes son albaneses, pero soy de ciudadanía india. Soy monja católica. Por profesión, pertenezco al mundo entero. Por corazón, pertenezco por completo al Corazón de Jesús.

Los niños son como las estrellas. Nunca hay demasiados.

Mi mayor orgullo es ser tu madre, gracia por ser mi hija.

¡MUJER! Eres novia, eres esposa, eres... Amante, eres madre... ¡MUJER!... Eres una rosa roja para la vida!
Y... un clavel para el amor.
Un padre puede darle la espalda a su hijo, hermanos y hermanas pueden convertirse en inveterados enemigos, los maridos pueden abandonar a sus esposas, pero el amor de una madre dura para siempre.

No existe la madre perfecta, pero hay un millón de maneras de ser una buena madre.

Para que todo vaya mejor, es necesario que sepas lo que quieres.

La tristeza es un don del cielo, el pesimismo es una enfermedad del espíritu.

Para que nada nos separe, que no nos una nada.

El sabio es sabio porque ama. El loco es loco porque piensa que puede entender el amor.

No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un gran amor.

El miedo es mi compañero más fiel, jamás me ha engañado para irse con otro.

Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón.

Con amor y aguardiente, nada se siente.

El amor es un deseo irresistible de ser deseado irrestiblemente.

Siente, no seas una máquina de pensar.

La revolución del amor comienza con una sonrisa. Sonríe cinco veces al día a quien en realidad no quisieras sonreír. Debes hacerlo por la paz.

¡La mujer y el niño necesitan más cariño, que leche!.

Para toda clase de males hay dos remedios; el tiempo y el silencio.

El amor es una gran pregunta cuyos signos de pregunta son los besos.

El hombre más feliz del mundo es aquel que sepa reconocer los méritos de los demás y pueda alegrarse del bien ajeno como si fuera propio.

Nuestra tarea consiste en animar a cristianos y no cristianos a realizar obras de amor. Y cada obra de amor, hecha de todo corazón, acerca a las personas a Dios.

El hombre a quien el dolor no educó siempre será un niño.

No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad.

Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que dios todavía no ha perdido la esperanza en los hombres.

El idiota grita, el inteligente opina y el sabio calla.

El celoso ama más, pero el que no lo es ama mejor.

Dios susurra y habla a la conciencia a través del placer pero le grita mediante el dolor: el dolor es su megáfono para despertar a un mundo adormecido.

El dinero solo puede comprar cosas materiales, como alimentos, ropas y vivienda. Pero se necesita algo más. Hay males que no se pueden curar con dinero, sino solo con amor.

Nuestro ánimo se inclina a confiar en aquellos a quienes no conocemos por esta razón: porque todavía no nos han traicionado.

El sufrimiento de unos puede ser provocado por la ambición de otros.

El que no sirve para servir, no sirve para vivir.

Cuando un hombre estúpido hace algo que le avergüenza, siempre dice que cumple con su deber.

La superstición es a la religión lo que la astrología es a la astronomía, la hija loca de una madre cuerda.

No existe un corazón, como el corazón de la Madre.

Una madre tiene algo de Dios y mucho de ángel.

No hay madre como la de uno mismo.

Creo que, si en el nacimiento de un niño una madre pudiera pedirle al hada madrina dotarlo con el mejor regalo, éste sería la curiosidad.

Madre no hay más que una.

No soy hermosa. Mi madre una vez me llamó patito feo. Pero, separando las cosas, tengo algunas buenas características.