Pedro pantoja santiago biografia ( 3 )
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Porque todas las comidas se han cocinado, los platos y las tazas lavado; los niños enviados a la escuela y arrojados al mundo. Nada queda de todo ello; todo desaparece. Ninguna biografía, ni histori...
Un Papa no está solo en la barca de Pedro, aun si es su primera responsabilidad y por esto quiero dar las gracias a todos los que me han acompañado. Nunca me he sentido solo para cargar las alegría...

Hoy en día todos los grandes hombres tienen discípulos, y siempre hay un judas que se encarga de escribir la biografía.

Cada hombre prominente en la actualidad tiene sus discípulos, y siempre hay un Judas que escribe la biografía.

Fuente: Pérez Rancel, Juan José. Biografía del arquitecto Carlos Raúl Villanueva, Colección Biblioteca Biográfica Venezolana, n.º 108, Ediciones El Nacional (2010).

Thomas Carlyle afirmaba que «la historia del mundo no es sino la biografía de grandes hombres»

La imaginación sociológica nos permite captar la historia y la biografía y la relación entre ambas en la sociedad. Esa es su tarea y su promesa.

Quien vive sin pensar, no puede decir que vive.

Ya veo al cristal del Desengaño, que soy polvo, nada y viento.
Un pensamiento vacio lleno de ideas:
es esta vida existen muchos poetas yo no hablo en versos aveces simplemente quiero que acabe, viendo morir un día y nacer otro, quiero lo que no tengo y no ...

La lectura nos regala mucha compañía, libertad para ser de otra manera y ser más.

De todas las formas de engañar a los demás, la pose de seriedad es la que hace más estragos.

Cuando un hombre pide justicia es que quiere que le den la razón.

No soporto al artista cuya principal motivación sea la provocación. Creo que los grandes provocadores lo son sin proponérselo.
Aunque la nobleza vive de la parte del que da, el agradecerle está de parte del que recibe; y pues ya dar he sabido, ya tengo con nombre honroso el nombre de generoso; déjame el de agradecido, pues ...

No hay razón donde hay fuerza.

Engañar a los hombres de uno en uno es bastante más difícil que engañarlos de mil en mil. Por eso el orador tiene menos mérito que el abogado o el curandero.

Aunque amo a mi madre, no quise hacer un retrato idealizado de ella. Me fascinan más sus defectos: son más divertidos que sus otras cualidades.

No juzgo lo que está bien o mal o lo que es real y no está en la cultura.

Cantar con una bata guateada es una experiencia por la que todo director de cine debe pasar.
Pero el hecho de estar nominado no me hace sentirme más cerca de hacer una película en ingrlés. Eso llegará si encuentro el guion adecuado o la historia adecuada, una que tenga que rodarse en ingl...

Ser director de cine en España es como ser torero en Japón.

¿no tienes enemigos? ¿es que jamás dijiste la verdad o jamás amaste la justicia?.

Es muy propio hablar más el que más teme.

Quien daña al saber, homicida es de sí mismo.

Si Dios todo lo ha criado, ¿quién no es criado de Dios?.

La moda es el difraz de los mediocres.

Yo creo que el único premio posible es el dinero. Es mucho más decorativo que una estatuilla, porque puedes comprarte un traje de Armani.

Cosas hay que aunque se digan, no son para que se entiendan.

Hay delitos tales, que atentas las leyes se los dejaron sin pronunciarles sentencia, por no prevenir que habría quien los cometiese.

Palaciegas discreciones, poco fruto y mucho ruido.

Es un examen muy fuerte, una experiencia muy nueva y muy rigurosa prueba, poner al que está mortal en los labios el cristal, y decide que no beba.

Yo salí de Granada, y vine a ver, la gran villa de Madrid, esta nueva Babilonia, donde verás confundir en variedades y lenguas el ingenio más sutil.

¡qué presto se consolaron, los vivos de quien murió¡, y más cuando el tal difunto, mucha hacienda les dejó.

Es muy puntual el diablo.

Existen dos cosas en el cine que tienen un valor distinto dependiendo de si las hace un hombre o una mujer: los desnudos frontales y el hecho de llorar.

Tenemos un Cielo tan piadoso, que no envía el daño sin el remedio.

Tenemos el clavo, ahora solo me falta encontrar el martillo.

No hables mal de las mujeres: la más humilde, te digo que es digna de estimación, porque, al fin, de ellas nacimos.

Fingimos lo que somos, seamos lo que fingimos.